Diario de Burgos
Martes, 30 de agosto de 2005
SAN MARTÍN DE HUMADA
Las excavaciones han ofrecido nuevas incógnitas que esperan poder ir desvelando el próximo mes de agosto • La mayor sorpresa fue el descubrimiento de una oquedad.
Después de dos semanas de excavaciones, el equipo investigador dirigido por el profesor de la Universidad de Cantabria, Miguel Cisneros, acaba de concluir otra campaña «de transición» en el castro pre-romano de Peña Ulaña. «Ha sido satisfactoria en la medida que seguimos confirmando algunas de las cosas y datos que andábamos buscando, pero seguimos en una especie de etapa de transición», manifestó el responsable.
El objetivo inicial de estos trabajos de campo, era sacar a la luz toda una vivienda de la Segunda Edad del Hierro (desde finales del siglo IV hasta el I antes de Cristo), levantar todo lo estudiado durante la anterior campaña y concluir con el resto de estancias. Inicialmente en superficie se percibían cuatro estancias que ya han sido excavadas, dos el año anterior y las otras dos esta campaña, pero después de las últimas investigaciones se han ido ampliado hasta siete. «Nos falta terminar de estudiar el resto de habitaciones y localizar la del hogar lo que significa que, al menos, nos falta una campaña aquí para poder empezar hacer una evaluación y obtener datos concretos», indicó Miguel Cisneros. Se trata de habitáculos anejos de unos cuatro metros de largo por dos de ancho aproximadamente.
LA CANTERA. En esta segunda quincena de agosto se han excavado aproximadamente 160 metros cuadrados del yacimiento, la mayoría localizados en una pequeña depresión del terreno ubicado junto a la vivienda. Este elemento interesó por su cercanía, ya que pudo ser utilizada como cantera para construir la vivienda, pero no se sabía con qué otra finalidad fue usado después. «Necesitábamos confirmar si se había echado algún tipo de resto y, efectivamente, han salido huesos de animales domésticos, algunos con trazas de cuchillo al descarnarlo, algunas cerámicas con decoración incisa, un remache de hierro de la decoración de un arma, cenizas… Pero que pueden proceder tanto de las viviendas de un lado como de otro de la depresión, que se haya utilizado como vertedero, o simplemente se que se hayan depositado ahí por el arrastre natural», matizó el director, que está a la espera de los resultados que le envíen los laboratorios.
La sorpresa de esta campaña llegó cuando apareció una oquedad en la hondonada que estudiaban. «Se trata de un hueco que se ha abierto entre los estratos de la roca. Es de unos tres metros de altura por uno de ancho y cuatro de largo pero se abre a través de otras grietas más pequeñas de la roca por todos los lados», explicó. Aquí se han hallado algunos huesos y fragmentos de cerámica entre otras cosas: «poca cosa porque la mayor parte, creemos, se ha tenido que caer por las grietas hacia abajo», añadió.
El equipo investigador, formado por una decena de estudiantes universitarios en prácticas y diversos voluntarios de la comarca, procedió el domingo al cubrimiento de las catas con material geotextil y al vertido del material de piedra y tierra levantado, y hasta mañana miércoles se catalogarán y embalarán los restos hallados. «De aquí en adelante queda mucho trabajo, la parte de topografía hay que llevarla al laboratorio y empezar a estudiar los materiales», dijo. En la parte de la sima localizada se ha instalado una reja «no porque haya restos de interés, sino para que nadie pueda quedarse atrapado» y todo el perímetro de esta zona quedará cercado.
Hasta ahora en el castro pre-romano de Peña Ulaña, que se perfila como el de mayor extensión de la Península Ibérica, se han estudiado parcialmente diversas viviendas, edificaciones que podrían ser de origen defensivo, tramos de murallas y accesos.
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