Categoría: Composiciones literarias

Trabajos literarios de autores de Humada

  • Veladas teatrales

    Reseña en un periódico de la época sobre la actuación artístico-literario-teatral, llevada a cabo por los  niños y jóvenes de Humada en las Navidades de   1.934

     

     

     

     

     

     

     

  • La gran Berengaria

    La escritora Rebeca Calvo dedica su segunda novela a la reina Berenguela, fallecida en Las Huelgas en 1246 • El aborto y la Sábana Santa completan el hilo argumental

    La autora de ‘El fantasma del Corral de la Pacheca’ presenta el libro el viernes en Santiago Rodríguez.

    diariodeburgos.es

    I.L.H. / Burgos

    Es la abuela de Alfonso X, la madre de Fernando III el Santo y la primogénita de Alfonso VIII, por nombrar tan solo a tres miembros de su árbol genealógico. Berenguela I de Castilla, conocida también como la Gran Berengaria, asumió el trono castellano en 1217 y fue reina consorte de León entre 1197 y 1204.

    Por las políticas matrimoniales de la época, las intrigas palaciegas y las muertes prematuras, sobre la reina Berenguela, enterrada en el monasterio de Las Huelgas, circula una leyenda negra que le atribuye la muerte de su hermano Enrique, a los trece años, para quedarse con la corona. Sin embargo al poco de tomar posesión como reina en el año 1217 abdicó a favor de su hijo Fernando III el Santo. Pese a que no quiso ser reina, Berenguela actuó como consejera, interviniendo en la política del reino de forma indirecta.

    Por éstas y otras razones, la figura de la Grande de Castilla llamó la atención de Rebeca Calvo, una autora interesada en las mujeres que han sido reinas (prepara un trabajo sobre el tema) y en las novelas históricas. La figura de esta reina que vivió en el Burgos medieval del siglo XII le cautivó también por su relación con la provincia, ya que Rebeca Calvo se crió en tierras burgalesas aunque sus orígenes y residencia actual están en Madrid. «Hay muy poco escrito sobre ella. Pero de lo que hay se desprende que era una mujer muy sensata, diplomática, inteligente y amante de la cultura. De todas formas la reina Berenguela no está en el lugar que le corresponde, aunque es algo que pasa con la mayoría de las reinas», afirma la autora de El fantasma del Corral de la Pacheca.

    La mujer y la religión

    En cualquier caso y aunque La Gran Berengaria centra la segunda novela histórica de Rebeca Calvo, no es el único pilar de su argumento. El origen y la veracidad de la Sábana Santa y el aborto, dos temas relacionados con una indulgencia que otorga la Iglesia a las mujeres que peregrinan a Turín, están también presentes en el libro.

    Para entenderlo, o al menos para saber por dónde van los tiros, basta leer la declaración de principios que la escritora narra en el apartado de desagradecimientos: «No tengo nada que agradecer a todos aquellos que me han puesto zancadillas a nivel personal y de forma genérica por ser mujer. Entran en este apartado todos los dirigentes de cualquier religión que en el mundo son o han sido. A pesar de sus buenas palabras sólo han entorpecido el caminar de la mujer por la vida».

    El libro de La Gran Berengaria, en el que se novela la biografía de la reina de Castilla a partir de un becerro encontrado en una ermita burgalesa, licencia literaria de la escritora, se presenta el viernes en la librería Hijos de Santiago Rodríguez. Rebeca Calvo acudirá al establecimiento de la Plaza Mayor para firmar ejemplares de su obra y charlar con los lectores a las 18:30 horas.

     

  • Partido de Villadiego

    Julio Pérez Cuesta, periodista, ha sido Redactor Jefe de “El consultor de los Ayuntamientos”, escribió en la década de los cincuenta del siglo pasado el libro “Parece Cuento”, donde, según su propia opinión, recoge “sencillas y amenas costumbres castellanas narradas en novela rosa”.

    Para explicar la desaparición del lugar de S. Quirce ha ideado un argumento novelesco dotado de gran realismo.

    Escribe el propio autor en el prólogo de su obra “Parece Cuento”:  “Para explicar de algún modo la desaparición de S. Quirce, sobre cuyo solar pisé muchas veces cuando joven, concebí la idea de escribir un cuentecillo de color de rosa; pero luego, contra mi voluntad, empujado por los propios personajes que yo creé, el trabajo resultó largo para cuento …

    El benévolo lector es posible que crea adivinar historia donde sólo haya fantasía, y al revés …”

    Madrid, 15 de marzo de 1.955

    Portada del libro “Parece Cuento”

     

    -PARTIDO DE VILLADIEGO

    Julio Pérez Cuesta hace un recorrido por los pueblos del partido judicial de Villadiego en forma de versos escritos en el año 1.953.

    Prosa que cae en verso

    DINTEL

    Como no vais a escuchar

    a un poeta sino a un lego

    nada tiene que extrañar

    que no queráis esperar

    y toméis “las de Villadiego”

     

    PRIMERA PARTE

     

    En el pórtico de Villadiego

    Las montañas y los ríos

    los bosques y las mesetas

    inspiran a los poetas

    en su artístico albedrío.

     

    Las cañadas y llanuras

    los picachos y praderas

    los valles y las alturas

    los sotos y las riberas.

    Los caminos y senderos

    los chopos y robledales

    las vegas y los trigales

    de las musas son veneros.

    Las yuntas y las carretas,

    al tiempo que viene el día

    elevan a los poetas

    en alas de fantasía.

     

    Las aldeas y las villas

    con sus calles y plazuelas

    los mozos y las mozuelas

    los chiquillos y las chiquillas.

    Los rebaños que regresan

    meneando las esquilas

    son bellezas que embelesan

    y entran por las pupilas.

     

    El tañido de los cuernos,

    la cellisca en las ventanas

    que azota por las mañanas

    el cierzo de los inviernos.

     

    Las flores de primavera

    en las lindes y en los prados

    que alfombran de mil maneras

    los caminos y sembrados.

     

    Y las rosas entreabiertas

    y las hojas que se forman

    y las aves que retoman

    tan  bulliciosas e inquietas.

     

    Convidan  a la alegría

    y ofrecen horas de calma

    y por la bella policromía

    deja extasiada el alma.

     

    Aprieta el sol de Castilla

    ¡Cuál prometen los frutales!

    Ya sazonan los trigales

    y se prepara la trilla.

    Los zagales canturrean

    para espantar la galbana

    y a las yuntas vapulean

    bajo el sol que las aplana.

     

    Contempla el agricultor

    el colmo de sus graneros

    cual fruto de sus desvelos

    y premio de su sudor.

     

    Un claroscuro no está lejano

    y como la noche sucede al día

    viene el otoño tras el verano

    con su perpetua melancolía.

     

    Y así soñando, soñando llego

    aqueste pórtico que yo quería

    y así penetro en la geografía

    de mi partido de Villadiego.

     

    SEGUNDA PARTE

     

    En el partido de Villadiego

    Pequeño río llamado Lucio

    no da corriente mas no te asombre

    porque se gasta para dar su nombre

    al ancho valle de Valdelucio.

     

    Con escaseces el Lucio riega

    y se entretiene en alguna presa

    va murmurando y al cabo llega

    a darse un beso con el Camesa.

     

    Vegas y prados el valle tiene

    con que mantiene ricos ganados

    mas otro impulso por arbolado

    a buen seguro que le conviene.

     

    Las buenas gentes no se percatan

    del beneficio de la arboleda

    y con el trigo y muchas patatas

    esos labriegos conformes quedan.

     

    No hay monumentos extraordinarios

    ni en arte existe ningún detalle

    si bien se cuentan en todo el valle

    no menos de trece campanarios.

    Hay una ermita de cierta fama

    allá en Pedrosa junto a Arcellares

    que el vecindario devoto aclama

    y a la que eleva sus pesares.

     

    Muchos exvotos no poco oscuros

    son testimonio de los fervores

    que la santina trocó en favores

    y hogaño adornan aquellos muros.

     

    Es de la Vega la romería

    de aquellos valles la más hermosa

    muchos romeros, mucha alegría

    la fiesta han hecho la más hermosa.

     

    Deportes viejos que no se estilan

    pasar los bolos y echar la barra

    se impone el baile y también la jama

    que aquellos mozos hogaño empinan.

     

    También al norte se encuentra el Tozo

    con Basconcillos por cabecera

    con poca cosa para un esbozo

    todo lo bello que yo quisiera.

     

    En el Tozo se cuentan ocho lugares

    Hoyos y el centro, que es Basconcillos,

    San Mamés y Prándanos con Talamillo,

    Trashaedo y Barrio con Arcellares.

     

    Es Basconcillos pequeña aldea

    con una iglesia y con una hermita

    con gente alegre que no escasea

    y más tabernas que necesita.

     

    Tiene dos ferias, si no me engaño,

    por ser el centro de la comarca

    y a cierto radio su nombre abarca

    el par de fiestas durante el año.

     

    Ciertas razones muy singulares

    nostalgia ponen en estas notas

    y me recuerdan estos lugares

    cosas con vida siendo remotas.

     

    Peatón que cruzas por la Lorilla

    que es una lora de poca monta

    vete con calma, la vista pronta

    contempla absorto la maravilla.

     

    De un nuevo valle que se aparece

    si el cielo aquel nada lo empaña

    verás lo bello que se te ofrece

    la agreste mole de Peña Ulaña.

     

    Que allí se empina como un vigía

    de las entradas y las salidas

    en ese valle de Valdehumadas

    que yo presiento en la lejanía.

     

    Siete lugares tiene el concejo

    gente labriega, los vecindarios,

    y este detalle que nunca dejo

    ya que me encantan los campanarios.

     

    Fuenteodra tiene grandes campanas

    muy armoniosas y sonoras

    cuyos ecos transmiten a varias horas

    desde el Angelus por las mañanas.

     

    Allí nace el Odra, por “Cantalgallo”

    y apenas adquiere seria corriente

    cuando se torna pobre vasallo

    del río Pisuerga por San Llorente.

     

    Éntrase el Odra, por cauce angosto,

    donde se estudia, si viene a mano,

    si el cauce es apto para un pantano,

    llevando el cauce hasta Congosto.

     

    Adiós Humada y los Ordejones

    Fuencalenteja con San Martín

    pues que me apuran graves razones

    para encontrarme con Villamartín.

     

    Allí, en presencia de sus casucas

    y masa arbórea que le circunda,

    algo medito con emoción profunda

    desdeñando cosas en realidad caducas.

     

    Iglesia linda que al mirar me abismo

    como que guarda lo que yo más quiero

    lo que estimo tesoro de  mi bautismo

    y la fe de la infancia que yo venero.

     

    Pórtico bello de las tres arcadas

    yo te quisiera como fuiste antaño

    por ti protesto del reciente daño

    ¡malhayan sean las feísimas fachadas!

     

    Que matan la luz y hieren la armonía

    de un pórtico bello casi sin igual

    que imita en conjunto la simetría

    del pórtico hermoso de Sandoval.

     

    Campanas de bajo, atiplados esquilones

    arco de estilo de torre castellana

    dan a los ecos de la grande campana

    notas de cielo y unción de oraciones.

     

    Toca la campana cuando raya el día

    sus ecos sonoros son la voz de Dios

    y siempre que toca se oye el fervor

    con que todos rezan el Ave María.

     

    Altura rocosa, señora que imperas,

    pétrea montaña, gigante atalaya,

    yo te recuerdo de mil maneras

    cumbre imponente de Peña Amaya.

     

    Se ve el Pisuerga, que parece un mar

    muchas montañas, muchos poblados,

    terrenos yermos, páramos pelados,

    esbeltas torres y la paramera de Melgar.

     

    Patrono del pueblo es San Martín

    pero es el Corpus la fiesta mayor

    turnando las fiestas con Villamartín

    Rebolledo y Fuenteodra, según tradición.

     

    Se ven devotas y alegres caras

    despliegan al aire morados pendones

    encabezando airosos las procesiones

    que presiden justicias con sendas varas.

     

    Cohetes y bombas los aires atruenan

    volteo de campanas que giran veloces

    tambores y gaitas acordes resuenan

    y el clero entona litúrgicas voces.

     

    Cada año celebran con pueblos lindantes

    en lo “comunero” fiestas pastoriles

    allá en la pradera y pagos cerriles

    donde los pastores retozan campantes.

     

    Allí es el bullir y el alegre yantar

    no siendo rara la cómica nota

    tocando la gaita que hacen hablar

    tirando de firme del porrón y la bota.

     

    Abundan los piropos y chicoleos

    hacen las zagalas como que enrojecen

    los rabadanes como que enloquecen

    así en toda la siesta siguen los jaleos.

     

    Sestean en San Quirce y sus confines

    y hacen cambalaches con los cencerros

    incitan las peleas con los mastines

    y luchan jabatos, novilos y becerros.

     

    Vamos a Amaya, pequeña villa

    con mucha leyenda y brillante historia

    que nos dejaron una auténtica memoria

    de algún pasado de maravilla.

     

    No existen blasones ni pergaminos

    en los archivos de su concejo

    que guiarnos puedan en los caminos

    para hallar lo noble  entre lo viejo.

     

    Del famoso castillo ni piedras quedan

    no corren historias ni tradiciones

    tampoco hay leyendas ni cronicones

    que con sus apuntes alumbrarnos puedan.

     

    Tiene el castillo un romance viejo

    del que se ignora su melodía

    en su leyenda se observa un dejo

    rancio y orlado de fantasía.

     

     

     

    Dime castillo, castillo de Sasamón

    ¿Quién tus almenas y tus torres abatió?

    El castillo de Amaya no pudo más que yo

    pues sólo los siglos abatieron el peñón-

     

    Antigua ciudad, hogaño pequeña villa,

    iglesia bella que airosa remata

    con otras muchas, en esta Castilla

    que honores merecen de colegiata.

     

    Adiós, mi pensamiento veloz recorre

    otro concejo de seis lugares

    con casas y cosas todas vulgares

    nombrado hemos Rebolledo de la Torre.

     

    Necesito aclarar este pensamiento

    antes que la idea de mi mente se borre,

    un pórtico tiene, que es  un monumento,

    la magnífica iglesia de Rebolledo de la Torre.

     

    Montes pelados, gargantas y castros

    que desde el Collado llegan a Villela,

    tocan Castrecías y la Rebolleda

    y pasan de Valtierra por el Albacastro.

     

    Hemos de abreviar el itinerario

    no haciendo otra cosa para terminar

    este raro croquis un tanto arbitrario

    que nombrar los pueblos todos al pasar.

     

    Partamos de San Quirce a Sotovellanos

    guiando los pasos por la carretera

    que es por su importancia casi de primera

    a Cuevas tendremos como de la mano.

     

    Sigue la ruta, viajero que no desmaya,

    toparás con Salazar antes que Sotresgudo

    y dejarás a Puentes de Amaya

    cual metido en un embudo.

     

    Ya pasamos por Sotresgudo y estamos en  Sandoval

    ¿por qué “de la Reina” es esta villa?

    Porque en la historia “buen vasallo es Castilla”

    por eso de Sandoval quiso ser a la reina leal.

     

    Allende el Pisuerga hay Castrillo

    con su Hinojal de agregado

    castro no tiene ni se conoce castillo

    ni tampoco Zarzosa que campa a su lado.

     

    Llanura que a tierra de Campos raya

    abajo de Sotresgudo, Barrio de San Felices,

    con su anejo, Cañizar de Amaya

    si no incurriere en geográficos deslices.

     

    A poco que sigamos toparemos con Guadilla

    extraña toponimia que dicen de “Villamar”

    Guadilla no tiene río y está lejos del mar

    vaya un “Villamar” que no tiene mar y es villa.

     

    En pasando Guadilla y su terreno más hondo

    Santa María tendremos con su anejo Tagarrosa

    sin que olvidemos el lugar de Rezmondo

    en esta planicie con sus trigales hermosa.

     

    Y narrando de prisa con escaso aliño

    encontramos Villaizán y también Villamayor

    sin que sepamos de fijo y la razón

    es este sobrenombre que dicen Treviño.

     

    Otra vez el Odra aparece y Villanueva

    Sordillos se menciona y Tapia se divisa

    se Villamorón y también Villegas

    y por aquí Villadiego casi se pisa.

     

    Un pequeño pueblo de imaginación

    y con claridad los pueblos diviso

    de los Palazuelos y Rioparaíso

    que son del concejo de Villavedón.

     

    El Rioparaíso algo gracia tiene

    porque ni es paraíso ni le baña el río

    si ese nombre le conviene

    vaya toponimia que parece un lío.

     

    Barrios y Villusto y otro Villalvilla

    y otro lugarejo que dicen Tablada

    y otro Villanueva que abarca Bohada

    con más Fuencivil y su Quintanilla.

     

    Yendo por el páramo estará Acedillo

    con sus anejos Bustillo y Hormazuela

    la Nuez de Arriba y Úrbel de Castillo

    y Quintana del Pino que es una aldehuela.

     

    Viene Coculina con sus dos anejos

    si mal no recuerdo Brullés y Melgosa

    en el río Brullés, que es la única cosa

    que citarse puede de estos lugarejos.

     

    Olmos tiene un castillo de sillería

    en sus troneras ya no hay cañones

    sino el arrullo y la algarabía

    de las palomas y sus pichones.

     

    Al mencionar a Tobar el páramo es notorio

    pueblos antaño de la husada y la mazorca

    ya en Villanoño ya en Castromorca

    y en otros lugares hasta Montorio.

     

    Villadiego a tus puertas rendido llego

    en cuanto por último, mencione Arenillas,

    se acabaron, por fin, los pueblos y villas

    de nuestro partido de Villadiego.

     

    Oyentes que en Villadiego estamos

    porque me place, las últimas pinceladas

    a la villa cabeza las dedicamos

    con expresiones cordiales y emocionadas.

     

    Tiene la villa recuerdos gratos

    de sus festejos con alborozos

    de cuando niños y cuando mozos

    que allá pasamos alegres ratos.

     

    Amplia y alegre su plaza mayor

    embrujo tiene el soportal doblado

    que sabe de tratos y sabe de amor

    y en uno y en otro está patentado.

     

    Garbosos paseos arriba y abajo

    en aquellas plazas y aquellos portales

    se ofrecen brazos y ajustan zagales

    en la más curiosa bolsa de trabajo.

     

    Del padre Flórez y a su mayor gloria

    en la plaza mayor su estatua se alza

    y así Villadiego su fama realza

    y honra a su hijo que brilla en la historia

     

    Hay en la villa dos templos bellos

    San Lorenzo mártir y Santa María

    de bella raza y antiguos ellos

    siendo notoria su singular valía.

     

    Hogaño se admiran algunas casonas

    recuerdos de hidalgos y nobles varones

    que lucen escudos y rancion blasones

    como fueros Velasco, Porras y Varonas.

     

    Fin de los versos escritos en prosa

    indulgencia pido y aquí me quedo

    si quise y no puedo dar otra cosa

    perdón espero, amigos todos de Villadiego.

                                                              JULIO PÉREZ CUESTA

                                                      Madrid, 20 de noviembre de 1.953

  • Escritos del Sr. Joaquín Gutiérrez

     Expongo a continuación algunos de los escritos que en su día recogió D. Joaquín Gutiérrez, quien ejerció el oficio de pastor en algunos pueblo del valle.

    Entre los recuerdos de mi niñez hay un hueco para el Sr. Joaquín y la Sra. Anselma, quienes durante muchos años vivieron en Humada, en una casa hoy derruida, dejando un grato recuerdo entre los que tuvimos la suerte de convivir con ellos.

    Era el S. Joaquín un hombre sencillo, afable, de buen talante, alegre. Recuerdo con especial añoranza aquellas fechas especiales en la vida de los pueblos, cuando matábamos el “chino”, casi una fiesta, que hacía bueno aquel dicho “hay cuatro fiestas en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi, la Ascensión y el día de san lechón”.

    Además de pastor ejercía de matarife, persona que se encargaba de matar y estazar o descuartizar el cochino en piezas para después obtener los productos de la matanza: lomos, chorizos, salchichones. El Sr. Joaquín, además de ejercer estos menesteres con maestría, contribuía con su buen talante, su humor, sus chistes y chascarrillos a  crear ese ambiente semifestivo de este acontecimiento, tanto en la ejecución de las tareas propias de la matanza como en las comidas y, sobre todo, en las sobremesas.

    Pero no es este el motivo por que el Sr. Joaquín se ha ganado un hueco en este blog sino por sus cualidades literarias para recoger y plasmar por escrito los dichos, acontecimientos, tradiciones, documentos históricos en un cuaderno que guardaba con especial primor.

    Es de destacar el mérito de este autodidacta que, poco a poco, fue adquiriendo un bagaje cultural que ya quisiéramos poseer muchos de nosotros, de habernos encontrado en sus circunstancias, pues es de suponer que no acudiría con asiduidad a la escuela y por tanto su formación primaria sería escasa y que superando a base de tesón, dedicación y fuerza de voluntad hasta convertirse en una persona culta.

    Agradecer, finalmente a su nieta, María Teresa Gutiérrez, el trabajo de recopilar y mecanografiar los escritos de su abuelo Joaquín, que han llegado a mis manos.

    Transcribo, a continuación, literalmente los documentos que me parecen más interesantes por su historia, por su contenido, por su proximidad, su interés o relación con el pueblo de Humada.

    El primer documento hace referencia a la historia de los cántabros, pueblo que según diversos documentos, extendió sus fronteras hasta Amaya como hemos recogido en otros apartados de esta web.

    Tengo que decir que este documento ha sido copiado textualmente, corrigiendo algunos errores tipográficos, manteniéndome al margen de su autenticidad histórica, que en algunos aspectos no coincide con las opiniones de insignes historiadores, como se puede comprobar en otros documentos históricos recogidos en esta web.

     

     

     

    HISTORIA

    Cuando Augusto vino a España, el año 26 antes de Jesucristo, a guerrear contra los Cántabros y Astures, únicos españoles independientes del yugo romano, fijó sus reales en Seje y Samon (hoy Sasamón). Tres años estuvo el emperador mismo al frente de su ejército compuesto de numerosos y aguerridos batallones, luchando contra los invictos y formidables cántabros, sin poder jamás vencerlos mientras que estos denodados montañeses van diezmando los ejércitos romanos por medio de guerrillas bien combinadas. Esto causó tal y tanta pena en el ánimo del emperador que al fin hubo de retirarse, lleno de fatiga y pesadumbre, a Cataluña, dejando encomendada la guerra a su legado Antistio. Éste, después de sufrir repetidas veces descalabros y bajas considerables ante las sorpresas y ataques terribles de los guerrilleros cántabros, logró atraer ingeniosamente a estos a una llanura, tal vez la de Valdelucio, o la que se extiende entre Puente Toma y Porquera de los Infantes, y les ganó aunque a mucha costa la primera batalla que se dio cerca de los muros de Belgica, Velvica o mejor Velegia (hoy Helecha).

    Los historiadores romanos no cuentan ni los muertos, ni los heridos, ni los prisioneros cántabros. Al contrario, parece que no hubo ni heridos, ni prisioneros, ni muertos, pues dicen que perdieron la batalla los cántabros. Se retiraron al monte Vindio, que comprendía la sierra de Sejos, Sierras Albas, Peña Labra y Picos de Europa. “Absidionis fame ad exterminium consumpti sunt”.

    El historiador Paulo Orosio, (385 d.C – 420 d.C.) dice que “huyeron al monte Vinnnio (Vindio) por su naturaleza inexpugnable, donde por el hambre a causa del asedio, acabaron perciendo casi en su totalidad” “in Vinnium monten natura tutissimum confugerunt, ubi obsidionis fame ad extremun paene consumpti sunt”.

    Algunos anotadores de Paulo Orosio, que escribió esto 400 años después de la batalla, le han corregido diciendo “Ab sidione et fame” “por el cerco y el hambre”. ¿Para qué tanto añadir y mudar? Mucho mejor sería corregirle escribiendo “absidionis fame”. Para que la andaluzada del presbítero fuese más visible y chistosa, pues no deja de tener chiste de gran viso afirmar que los cántabros refugiados en el monte Vindio murieron casi todos por el rum, rum de que estaban cercados en dicho monte.

    Se conoce bien que Paulo Orosio no estuvo jamás en aquella incercable e inexpugnable montaña. Pero además se aumenta la donosura del chiste con esto que añade a renglón seguido: “Racilium deinde oppidum magna ni ac diu repugnans postremo captum ac dirutum est” “Después (se atacó) la ciudad de Racilio (Araillum) que resistió con mucha fuerza y durante largo tiempo, pero que al final fue tomada y destruida”. De donde se deduce que la mayoría de los que habían perecido volvieron a resucitar puesto que dice: “La población de Aradillura (hoy Aradillos, al norte de Reinosa, situada sobre el monte Vindio), luchando bravamente con numerosas fuerzas y por largo tiempo fue después y en último lugar tomada y destruida”. Esto significa que no los muertos resucitados sino los cántabros y vivos presentaron tenaz resistencia al general Antistio y quizá una mortandad espantosa en el ejército romano, y que el residuo de éste se apoderó del pueblo y lo arruinó después que los cántabros faltos de dardos y flechas le abandonaran la noche que les plugo con tanto sigilo que los romanos no pudieron coger ni un solo prisionero.

     

    Esta fue la última hazaña de Antistio contra los cántabros y por eso dice Postramo: “De modo que dio por terminada la guerra desastrosa por las legiones romanas sin haber podido dominar más que una pequeña parte del territorio cántabro. Y temeroso de que volvieran a resucitar más montañeses, se retiró de aquellas empinadas alturas y se vino con su gente a Velegia, donde rehízo su destrozado ejército; de allí pasó a guerrear con los asures a quienes sometió en dos batallas ayudado por otros dos generales.

     

    Terminada la guerra cántabra, Octavio Cesar Augusto mandó colocar, no en el monte Vindio, prueba que no estaba dominado, sino en Velegia, la cuarta legión macedónica, compuestas por 600 infantes griegos y 500 jinetes, concediéndola todo el territorio conquistado por ellos desde Castrillo Aya hasta Vallesioro, cerca de Sasamón, incluida en este territorio la Peña Amaya.

    Los cántabros velegienses confinaban al mediodía con los turmódigos, desde el sur de Rebolledo de la Torre, pasando por el pie de la peña Amaya, Villamartín, hasta el río Odra, que nace en el término de Rebolledo Traspeña, quedando todo el territorio de este último pueblo dominado por los cántabros y bajando por la corriente del Odra hasta el oeste de Villasidro y desde aquí a Villamorón en donde empezaban los cántabros morecanos.

    También Augusto dio órdenes para que los sometidos abandonasen los pueblos situados en los montes y bajasen a poblar los llanos y los valles.

     

    En aquel tiempo, según parece, había en la meseta llana y espaciosa de peña Amaya una población de cántabros defendida por un castillo. De una y otro quedan aún hoy día ruinas y vestigios bien marcados. Sus habitantes, en cumplimiento de la orden de Octavio Augusto se vieron precisados a desamparar aquella su morada  y venir a poblar el llano, donde, según lo más probable, fundaron al pie de la peña y en terreno turmódigo una ciudad a la que dio, tal vez, el nombre de Amaya, que pudo ser el nombre de la población sita en la meseta mencionada. Y si no tuvo en sus principios este nombre, no hay duda que fue la que se llamó Segisamojulia, que se abrevió escribiendo Segisamaja y pronunciada Segisamaya, de donde quitando las sílabas Se-gis quedaba con el nombre que hoy lleva: Amaya, que fue honrada después con el título de Patricia. De aquí se desprende que sus primeros habitantes fueron cántabros aunque la ciudad estaba en terreno turmódigo, turmago o murgobo.

     

    Según los más acreditados historiadores, los cántabros no solamente no estaban sujetos a los romanos sino que se dedicaban de manera importante al pillaje, robando a los romanos los mismos comboyes que enviaban a la legión macedónica. Esto que los romanos llamaban “latrocinios” fue en tanta cantidad que al año de terminada la guerra de los cinco años, los soldados de Roma se vieron precisados a reclamarlo a los audaces montañeses, amenazándoles con otra nueva guerra. Los cántabros contestaban lacónicamente “venid a por ello” y en este sentido debe entenderse la petición de los soldados romanos y la oferta de los cántabros de que nos hablan los historiadores, pues la montaña, entonces como ahora, no era tierra de tanto pan llevar para que los dueños de la tierra de Campos y del resto de España fuesen a pedir trigo como remedio de sus necesidades a una tierra tan pobre y estéril como Cantabria. Luego fue porque los cántabros se lo habían robado y así les contestaron “venid a por ello”. Los romanos entendieron la respuesta y se prepararon con numeroso golpe de gente para extraer por la fuerza el grano arrebatado de las casas mismas de los merodeadores. Pero éstos cercaron a los aguerridos soldados de Roma en un valle y a todos pasaron a cuchillo. Entonces, probablemente, fue cuando la cuarta legión considerándose poco segura en Velegia, llena de terror y de espanto, por el desastre sufrido trasladó Segisamojulia a Amaya. El descalabro de las huestes romanas mandó a Cantabria al mejor general de todos los tiempos, llamado Agripa.

    Llegó éste a Cantabria, dos años después de concluida la primera batalla, con un ejército formidable, pero fue vencido con estrago horrible las dos primeras veces que peleó contra los cántabros, en la segunda de las cuales fue tanto el miedo de los romanos a nuestros montañeses y tal el número de bajas que éstos hicieron en aquellos que Agripa se vio obligado a devolver la tercera legión, que por su denuedo tenía merecido el título de Augusta, declarándola indigna de llevar ese nombre y los pocos soldados que de ella habían salido con vida los repartió entre las demás legiones, siendo reemplazada, para seguir la guerra, por la cuarta legión llamada Macedónica.

    Restablecida la disciplina y remediados los reveses Agripa volvió a pelear con los cántabros y los venció.

    Nada nos dicen los historiadores de los prisioneros que hizo, ni de los muertos, ni de los heridos. Este silencio es harto significativo, según mi entender.

    Con esta victoria dio por terminada la guerra sin haber conquistado más que su antecesor Antistio, puesto que la cuarta legión volvió a residir en Amaya, donde renovándose de tiempo en tiempo, los soldados griegos que la formaban, subsistió desde el año 19 a.C. hasta el cuarenta y ocho de la era cristiana, en que por orden del emperador Claudio se trasladó a la Germania para luchar contra los frisones.

    He dicho que los cántabros no fueron sujetos totalmente al yugo romano, ni en tiempo de la guerra dirigida por Augusto y terminada por Cayo Antistio que vino a durar cinco años bien repletos, ni en tiempo de Agripa cuya guerra vino a durar otros dos años. Y lo mejor de todo es que lo prueban los dos historiadores más fidedignos que se pueden presentar como testimonio fehaciente. A saber: Estrabón y Plinio.

     

    Estrabón: natural de Amasya en Capadocia, vino a la luz del mundo en el año cincuenta antes de Jesucristo, es decir, veinticuatro años antes de empezar la primera guerra cantábrica. Murió el año veintiséis de la era cristiana, es decir, unos cuarenta y cuatro años después de terminado la del célebre Agripa. Por consiguiente fue contemporáneo de ambas guerras y es moralmente cierto que oyó de los soldados y oficiales griegos que las habían hecho lo que refiere su historia.

    Es verdad que en un lugar de su obra escrita dice: “Cesar Augusto deshizo o refrenó a los cántabros, pero después de haber refinado la fiereza y costumbres de gallegos, asturianos y cántabros, que traducido al latín es como sigue: “Verum jam, ut dixi, omnia bella sunt sublata. Nam Cantabros, qui maxime hodie latrocinia exercent, iisque vicinos Caesar-Augustus subegit, et qui ante Romanorum socios populabantur, nunc pro Romanis arma ferunt, ut Conisci, et qui ad fontes Iberi amnis accolunt, Tuisiis exceptis” que traducido dice: “Mas, como ya lo tengo dichi, están acabadas todas las guerras. Pues los Cántabros, quienes hoy en día, realizan los mayores robos, y a sus vecinos Cesar Augusto los sujeto, y los que antes devastaban a los asociados de los Romanos, ahora llevan armas por los Romanos, como los Coniscos y los que habitan cerca de las fuentes del Ebro, excepto los Tuisios”

    Pero, como he dicho, todas las guerras han cesado ya, pues Cesar Augusto sujeta hoy a los cántabros, los cuales se dedican con todo encarecimiento al pillaje y a sus vecinos los astures, y así los que antes atacaban a los soldados de Roma, ahora empuñan las armas a favor de los romanos como los Comiacos y los que habitan las inmediaciones de los fuentes del rio Ebro, excepto los Tuisos.

    Según este testimonio irrecusable, tenemos que los cántabros no todos fueros subyugados por Cesar Augusto. Buena sujeción sería esta cuando vemos que los sometidos robaban desaforadamente a los sometedores, es decir, que arrebataban a los romanos sus bienes en grande escala. (Máximo).

    Añade que servía los cántabros en la guerra a los romanos y para probarlo pone dos ejemplos: los comiacos y los que residen junto a las fuentes del Ebro. Pero de éstos últimos se ve precisado a exceptuar a los Tuisos, porque éstos no servían ni estaban sujetos a los romanos.

    Luego, según Estrabón, no todos los cántabros estaban sometidos al yugo de Roma. Este testimonio es irrebatible.

    Una advertencia tengo que hacer sobre la palabra Coniaci, en griego kovacci, y es que en este vocablo hay un error de copia. Los historiadores quieren que sea koukavoi, los conicanos, pero como éstos eran limítrofes de los astures, no fueron ni siquiera atacados por las legiones de Augusto, puesto que los astures, enemigos de Roma y hermanos de los cántabros, guardaban a los conicanos la espalda. Además es muy difícil cometer un error tan marcado en que habría que confundir letras también distintas. Yo juzgo que koviakoi está en vez de koviacoi, los coniscos (confinantes con los autogones o berones septentrionales, que los vizcaínos sujetos a Roma). El error de copia es en este caso muy fácil, pues en el idioma griego la letra alfa (α) y la letra sigma (σ) son, como se ve, muy parecidas y un poco que se escape la mano en la sigma queda convertida en alfa.

    PLINIO, que nació en el año veintitrés de la era cristiana y murió en el setenta y nueve, implícitamente confirma, corrobora y amplía lo dicho por Estrabón, pues dice en su obra Historia Natural, cuya impresión se hizo: Apud inclitum Basilian anno MQXXXV (1.535), lo que al pie de la letra copio: “civitatum IX regio cantabrorum” que traducido signfifica “la región de los cántabros tiene nueve ciudades”.

    Después al tratar de los pueblo que acudían a la audiencia en Clunia, situada entre Coruña del Conde y Peñalba de Castro (Burgos) dice: “In conventum Cluniensem Varduli ducunt populos XIIII, ex quibus Alabanenses tantum nominare libeat, Turmigi IIII, in quibus Segisamonenses et Segisamaiulienses” “Al “conventus” Cluniense los várdulos aportan catorce pueblos, entre los que son dignos de mención los alabanenses, los cuatro de los turmódigos, entre ellos los segisamonenses (de Sasamón) y los segisamojulienses (de Amaya)”.

    Por lo que se ve Sasamón y Amaya estaban en terreno turmógido y al llegar a los cántabros sólo dice esto “Nan in Cantabricis quatuor oppidis Julibriga sola memoratur” “Que entre los cuatro pueblos de Cantabria solo merecía ser recordada Juliobriga.

    De modo que al municipio o audiencia de Clunia no asistían en tiempos de Plinio más que los partidos de cuatro ciudades cántabras. ¿Pues adónde iban los de las cinco ciudades que faltan hasta llegar al número nueve mencionado más arriba: “Civitatum IX regio cantabrorum”. A ninguna de estas partes sujetó el imperio romano. Luego los partidos correspondientes a estas cinco ciudades eran independientes. Luego los romanos no subyugaron toda la Cantabria, sino una parte muy pequeña de ella. Por otro lado de los cuatro que acudían hay que quitar un buen trozo como se ve en los juliobrigenses que sólo fueron sometidos los que habitaban desde Aguilar de Campoó hasta las fuentes del Ebro, incluyendo las capitales de esta comarca, Julióbriga, hoy Retortillo, que también estuvo sujeto a los romanos, pero no los plentusios, pues Estrabón los exceptúa, ni los que hay desde el nacimiento del Ebro hasta Portus Victoria Juliobrigensium (hoy Santander o Santoña) pues los romanos no pasaron de Aradillos.

    Diecisiete siglos anduvieron de mano en mano los escritos de Plinio y Estrabón sin que nadie se atreviera a enmendar el nada, pero en el s. XVIII se cometió esa osadía y ligereza por sus anotadores. Como si estos supiesen mejor los acontecimientos, quedando de ellos a siglos de distancia, que los fieles narradores contemporáneos de los hechos que refieren, informados por sus ojos o enterados por millares de testigos que lo presenciaron

    Y si me dice alguno ¿por qué no hubo más guerra entre los montañeses de Cantabria y los romanos? Contestaré a esta pregunta:

    1. porque los cántabros se contentaron con sus merodeos
    2. porque los romanos no quisieron exponerse a nuevas hecatombres.

     

    Esta independencia conservaron los cántabros en su mermado territorio hasta las invasiones de los pueblos bárbaros, que comenzaron a principios del siglo segundo, se acrecientan en el tercero y al final de este siglo empiezan a inundar las fronteras del imperio que, para contrarrestar a los invasores, se ve obligado a sacar de las provincias casi todas sus fuerzas, incluso las que estaban de asiento en las fronteras de Cantabria. Entonces los cántabros independientes y los sometidos se unen contra los romanos y recobran lo perdido y extienden el territorio y la denominación de Cantabria.

     

    Invaden los bárbaros España y ninguno de los diferentes pueblos que ellos formaban midió sus armas con los cántabros hasta Leovigildo, que les hizo la guerra. Refiere este hecho San Juan Bielarense, que nació hacia el año 540, el cual, desterrado de Barcelona por Leovigildo, fue fundador del monasterio de Biclara y después obispo de Gerona, hasta que murió santamente el 621. Fue, pues, contemporáneo de los años que refiere el año sexto del rey Leovigildo, 574 de la era cristiana, con estas frases: “His diebus Livvigildus rex Cantabriam ingressus provinciae pervasores interfecit, Amaiam occupat, opes eorum pervadit et provinciam in suam revocat dicionem”.  “En esos días el rey Leovigildo entra en Cantabria, extermina a los usurpadores de esa región, ocupa Amaya, se apodera de los bienes de aquéllos y somete la provincia [de Cantabria] a su poder”

    Y después en el año 575 dice: “Leovvigildus rex Aregenses montes ingreditur, Aspidium loci seniorem cum uxore et filiis captivos ducit opesque eius et loca in suam redigit potestatem” “El rey Leovigildo penetra en los montes Aregenses, hace cautivos a Aspidio, señor del lugar, junto con su esposa e hijos, y se adueña de sus bienes y tierras”

    Es increíble la confusión que esos dos pasajes del santo han causado en los historiadores desde muchos siglos a esta parte. Ellos han confundido la provincia con Cantabria y la ciudad de Amaya con Aregia.

    El texto del autor contemporáneo de Leovigildo no dice tal cosa. La palabra “provincia” es nombre propio de aquella comarca de treinta y cuatro villas, que en el 460 arrebataron al emperador Mayoriano las tropas godas mandadas por el capitán Suenerico. A este país le llamaron los romanos provincia Gothorum (hoy Tierra de Campos). Dada esta explicación genuina, y la única verdadera, fácilmente se comprende:

    1. Que los cántabros no satisfechos con las conquistas hechas a los romanos en el territorio de León, los Berones y los Vascos habían extendido su Cantabria por el mediodía hasta los límites godos.
    2. Que los limítrofes se habían convertido en invasores de la provincia (Gothorum).
    3. Que Leovigildo, al ver tanta audacia, vino a perseguirles, no en la Cantabria propia sino en la nuevamente conquistada. Mató a los que pudo, no sin que cántabros hicieran lo mismo con los godos.
    4. Que el rey godo, merced a su caballería, se apoderó de Amaya y la saqueó pero ni pasó de allí ni la pudo conservar por largo tiempo.
    5. Que ahuyentados los invasores, el rey volvió a recuperar la provincia Gothorum, campo de Gothorum o tierra de Campos: “Leoviguldus Rex Cantabriam ingressus, provinciae pervasores interficit, Amaiam occupat, opes eorum pervadit, et provincia in suam revocat dictionem”
    6. Que los jefes cántabros eran enemigos de romanos y godos puesto que invadían las
    7. tierras de unos y otros y se apoderaban de sus bienes.

     

    Luego estos  jefes eran independientes en su país primitivo y en las tierras que después conquistaron mientras en su poder estuvieron y por esta razón llaman godos y romanos llaman a estos jefes “duces”, expresando la idea de absoluta independencia y soberanía. Cierto es que los godos sucesores de Leovigildo se apoderaron de gran parte de las conquistas realizadas por los “duces” en los Berones y Vasconia, pero jamás pudieron conquistar, ni invadir siquiera, la comarca primitiva de Cantabria, de modo que la monarquía visigoda quedó arruinada en la batalla de Guadalete sin haber podido someter nunca bajo su yugo a los cántabros.

    Duques independientes de Cantabria fueron don Beremundo, don Pedro, don Favila, este fue el padre de D. Pelayo, primer rey de Asturias, a quien sucedió su hijo Favila, quien muere en una pelea con un oso. A Favila le sucede su cuñado don Alfonso el Católico como tercer rey de Asturias, Alonso era hijo de D. Pedro, duque de Cantabria, y hermano de D. Fruela “duque soberano de Cantabria” que fue el cuarto rey de Asturias después de la muerte de su hermano Alfonso I “El católico”.

    Estos duques lo fueron de Cantabria y otros pueblos de los Berones mucho antes de la batalla de Guadalete. Luego ni Pelayo ni Alfonso fueron Bascones sino cántabros de pura raza y si estuvieron emparentados con los godos, esto no fue por línea masculina sino por la madre de Pelayo, que dicen fue hermana del rey Don Rodrigo. Yo creo que este parentesco es pura ficción, pues no hay historiador contemporáneo que lo confirme y los que un siglo después del nacimiento de D. Pelayo lo aseguran o hacen un testimonio fehaciente que lo compruebe.

    Arruinada la monarquía visigoda, Cantabria sirvió de refugio a los cristianos perseguidos y vejados por los árabes. Éstos acometen las fronteras de Cantabria y aunque D. Pedro los venció el año 716 en Tejada, sin embargo, logran apoderarse de Saldaña, Mave y Amaya, ciudades fronterizas en el territorio cantábrico, menos la segunda, tres o cuatro leguas adentro. Todas estas ciudades y otras muchas, desde Portugal hasta los Pirineos, fueron en tiempo de Don Fruela, duque de Cantabria,  hermano de D. Alfonso I el Católico y compañero inseparable en la lucha contra los moros. Así como reconocieron por rey a D. Alfonso los gallegos y gran parte de Portugal, así como Burgalia o tierra de Burgos, la mayor parte de los Berones y muchos de la Vardulia, reconocieron por su soberano a D. Fruela. Y se juzga que, por haber acompañado a su hermano en todas las guerras que se dieron, se le otorgó al duque de Cantabria el título de Conde (Comes, Comitis) que significa compañero.

    1. Fruela, acaso antes de morir y cuando dirigía los destinos de Asturias, transmitió como signo de alcanzar las dos soberanías, la asturiana y la cantábrica, a su hijo y sucesor D. Rodrigo. Lo cierto es que éste a pesar de haber heredado los estado propios y adquiridos de su padre no se intituló duque de Cantabria, acaso por no disgustar a los pueblos nuevamente agregados o por la razón dicha. Señor Conde de Castilla, que entonces comprendía y significaba lo mismo que la Cantabria.

    Fruela tuvo además otros dos hijos: Aurelio y Bermudo “el Diácono”, condes de Asturias. El primero, nombrado por elección, después de Fruela, hijo de Alfonso I “el Católico”, el segundo después de Mauregato, hijo bastardo de Alfonso I y de una esclava musulmana de nombre Sisalda, pero renunció a la corona de D. Alfonso II “el Casto”, nieto de Alfonso I.

    Bermudo, a pesar de ser diácono, se casó, con dispensa, con Nunilo (Uzenda Nunilona) y tuvo por hijos a Ramiro I, elegido rey de Asturias por haber muerto Alfonso II “el Casto” sin sucesión.

    De lo dicho se desprende que D. Pelayo, Alfonso I “el Católico”, Fruela, Aurelio, Bermudo y Ramiro fueron naturales de Cantabria y el fundamento de la de la restauración católica en España, juntamente con los esclarecidos y aguerridos duques cántabros y sus sucesores y herederos, los condes soberanos de Castilla.

    1. Rodrigo, conde soberano de Castilla, repobló la ciudad de Amaya y la hizo cabeza de su estado. Firmó varias donaciones desde el 762 en adelante. Murió en el año 800 dejando tres hijos: Don Diego, conde soberano de Castilla; D. Nuño, conde privativo y señor de Amaya y D. Sancio (Sancho) que fue elegido juez de Castilla.

    Amaya fue cabeza de Castilla hasta que Diego Porcellos, biznieto de D. Rodrigo, habiendo fundado Burgos, se trasladó a esta ciudad. Probablemente Amaya también fue sede episcopal para después pasar a Burgos.

    En resumen, y por lo se refiere a la población actual de Amaya, podemos decir que:

    • La antigua Segisamojulia de Plinio, cuyos primeros habitantes fueron cántabros de pura raza, aunque sometidos a los romanos.
    • Que fue residencia de la cuarta Legión Macedónica por espacio de 66 años.
    • Que los cántabros independientes se volvieron a apoderar de ella a finales del siglo II o principios del III.
    • Que estuvo bajo su dominación hasta que Leovigildo se apoderó de ella y la saqueó pero la abandonó pronto, ya que los cántabros le molestaban desde la peña o porque estaba satisfecho al volver a su obediencia la Tierra de Campos. Por consiguiente, de nuevo, Amaya es recobrada por sus legítimos dueños, los cántabros.
    • Que arruinada la monarquía visigoda, Amaya cayó en poder de los moros, pero fue reconquistada en tiempos de Fruela y su hijo D. Rodrigo la repobló e hizo cabeza de Castilla, en cuyo tiempo se elevada a la dignidad de sede episcopal.
    • Que D. Diego Porcelos, nieto de D. Diego II, conde y sucesor de su padre D. Rodrigo, trasladó esta supremacía a Burgos.
    • Que condes privativos de Amaya descendieron por línea directa de D. Pedro, duque de Cantabria, padre de D. Alfonso y D. Fruela, ni más ni menos que los condes soberanos de Castilla.

    De donde se deduce que gobernaron en Amaya como condes soberanos de Castilla:

    • Rodrigo I
    • Diego I
    • Rodrigo II
    • Diego II, llamado Porcelos, fundador de Burgos.

    Conste que fueron condes soberanos de Castilla por varias donaciones que citan Pellicer y Salazar.

     

    Situación geográfico-histórica de la Villa de Amaya (tomado del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano)

    Amaya (Geog.)

    Villa con Ayuntamiento, al que está agregado el lugar de Peones de Amaya, del partido judicial de Villadiego, provincia y diócesis de Burgos. 360 habitantes. Situada al pie de la peña de su nombre y cerca de las fuentes de río Fresno. Terreno montañoso y áspero pero fértil. Produce cereal, cáñamo y hortalizas. Ganados lanar y vacuno.

    Historia

    Esta población es probablemente la antigua Segisamojulia en la que asentó sus reales Augusto cuando vino a dirigir la campaña contra los Cántabros. Lo cierto es que Amaya tenía gran importancia como plaza fuerte. Obtuvo luego el título de Patricia y fue muy nombrada durante la época visigoda.

    Fue conquistada por Leovigildo, cuando este monarca subyugó Cantabria, si bien es dudosa so correspondencia con la ciudad de Aregia, que S. Isidoro menciona entre las conquistas de este rey y más aún que fuera la capital de Cantabria como afirman algunos autores modernos.

    La ciudad debió ser destruida en los primeros días de la reconquista, según los anales toledanos y la crónica de Burgos.

    El conde de Castilla, D. Rodrigo, repobló Amaya entre 860 y 900 y la erigió en capital de sus estados. La quemaron los muslimes (musulmanes) en una de sus expediciones y de nuevo fue repoblada por Ramiro II

     

    Nota: He procurado transcribir lo más literalmente posible este documento histórico tal como lo escribió el Sr. Joaquín, a sabiendas que algunos datos no se ajustan al contexto histórico.

    Lo que aquí pretendo resaltar es el interés por la  cultura de un personaje autodidacta, quien, a pesar de las circunstancias personales que le tocaron vivir, recuerda que se dedicó al oficio de pastor. Probablemente no pudo recibir la enseñanza primaria como los demás niños de su época, lo que magnifica aún más el mérito de haber recogido estos escritos.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    SERMÓN BURLESCO

     

    Transcribo, a continuación, uno de los escritos recogido por el Sr. Joaquín que mejor resume su carácter alegre, divertido, gracioso.

     

    Este sermón burlesco, jocoso y entretenido para divertir a los concurrentes en una sala después de haber llenado bien la barriga.

     

    Sea por siempre bendito y alabado

    el buen vino empipado,

    y la engruesada morcilla

    que engorda la pantorrilla.

     

    Per signum Crucis in fronte  señalada.

    libera nos Domina de pedrada,

    mundos aliquandum est manducationem,

    acarreavit sibi suam perditionem.

    Son palabras del Doctor D. Tomates,

    al capítulo cuarto de sus disparates.

    Lloraba Balaan, amados oyentes,

    de haber visto a su burra con pendientes;

    suspiraba afligido el macabeo

    de ver a las monjas con solideo.

    Gritaban los antiguos profetas

    de ver esos burros con escofietas;

    y al ver vosotros estos desgobiernos

    no pongo en duda que lloraréis cuernos:

    y mirando los tiempos presentes

    al punto nacerán en vuestras frentes.

     

    Sí, auditorio muy amado,

    en dos puntos traigo separado

    todo el discurso de mi sermón,

    y así os encargo la atención.

    En el primero veréis, que por el lujo y el vestido

    está todo el mundo perdido.

    En el segundo os haré ver con desatino

    las virtudes y efectos de don vino;

    pero antes explicaré un punto de doctrina,

    que será sobre la gula o golosina.

     

    Es la golosina, según definiciones,

    causadora de muchos torozones,

    así lo define el doctor Facundo,

    el que iba enseñando el culo por el mundo.

    Ejemplo tenemos en nuestro padre Adán,

    que calla y toma lo que le dan.

    El pensó no hacer nada,

    pero nos encajó mala empanada,

    pues por coger la manzana  del vedado puesto,

    él a la verdad quedó indigesto;

    la culpa de Eva la taimada,

    por no habérsela dado bien asada:

    por ella nos vienen tales torozones,

    que nos obligan a llevar calzones.

     

    Pero decidme si una manzana causó tanta dentera

    ¿qué hará aquel que come una carga entera?

    ¿y qué diremos de aquel goloso

    que hace por colación un buey sarnoso;

    y sin ver que le previenen mil plagas,

    se come un rocín lleno de llagas?

    ¿Y qué diremos de aquellos golosos extremados

    que almuerzan pimentones albardados?

    ¿Y qué diremos, en fin, de aquel tragador

    que no gasta ni cuchara ni tenedor?

    antes bien, sin andar en cumplimientos,

    echa de pronto sus diez mandamientos,

    y como si tiempo le hubiese de faltar,

    se traga una morcilla sin mascar.

     

    Podemos decir de estos manducantes

    que son un hato de rocinantes;

    y sería mejor a mi parecer

    echarlos a los prados a pacer,

    y ni aún así se habrían de hartar,

    según el ejemplo que os voy a contar.

     

    Cuando el abuelo de Adán pasó por avaro,

    asistió a su mesa un convidado

    de tan noble sangre y descendencia,

    que aparentaba, según mi sentencia,

    aquella quijada que en otra ocasión

    anduvo entre las zarpas de Sansón.

    Estaba éste tan inapetente

    que no podía apretar bien el diente;

    pero, no obstante, se comió

    doce cabritos adobados,

    veinte conejos albardados,

    treinta lechones de leches,

    y cien cargas de huevos en escabeche.

     

    Pero, ¡Oh miserable glotón!

    no te se espera mal reventón:

    en efecto, le dio desmayo de cabeza,

    que el imaginaba ser flaqueza.

     

    Acuden sin dilación a socorrer aquel apretón;

    y sin atender a más razones,

    le sueltan muy deprisa los calzones;

    cada cual descarga su escopeta,

    y al triste glotón hecho babieca,

    sin aguardar a dilaciones

    le embocaron el sumo de cien cargas de limones.

    Otro boticario le suplica

    le componga cien purgas de botica,

    y después de encajarle estos alimentos,

    le faltaron al pobre los alientos.

     

    Murió de repente este Badea

    ¡ojala que a vosotros no os suceda!

    ¿Habéis oído, fieles, este ejemplo?

    pues aún más golosos os contemplo;

    porque sois de estómago tan delicados

    que habéis de dejar sin yerba los prados.

    Basta de doctrina, y para proseguir mi sermón

    os encargo la atención;

    y para que yo hable con desacierto

    a todos mis oyentes les advierto

    echéis a las botellas buenas flores,

    repitiendo conmigo, brindo, señores.

     

    Bonum vinum quitat calenturam

    malum ducir hominen in sepulturam,

    mundus aliquandum et manducationen,

    acarreavit sibi suam perditionem.

    Son palabras del Doctor ya citado,

    estándose comiendo un estofado.

    Dijeron antiguamente falsos profetas

    que el mundo había de dar dos mil volteretas.

    Sí, amados oyentes, esta profecía

    llegó a verificarse hoy en día;

    porque vemos que el mundo está perdido,

    y consiste sin duda en el vestido;

    y si tenéis un poco de paciencia

    os daré de ella clara evidencia.

     

    Después que pecó nuestro padre Adán

    tuvo que arbitrarse para ganar el pan

    y escogiendo de los oficios el mejor,

    al instante se puso tejedor:

    aprendió en breve a tejer banadillas,

    y nuestra madre Eva le hacía las canillas,

    confirma un poeta esta sentencia

    en el libro rasgado de la Jurisprudencia;

    y prosigue este bachiller en el decir,

    que al instante se hizo de vestir.

    Hízose una camisa con bolsillos,

    y de tela de Sesma unos calzoncillos.

     

    Hízose también una montera con mangas

    para cuando saliese a coger gangas.

    Al ver Eva ir tan majo a su marido,

    determinó hacerse otro vestido.

    Hízose una saya de tela de cedazos,

    con sus mangas para meter los brazos;

    un jubón a manera peto,

    que de puro ancho le venía prieto.

    Hízose también unas medias negras de hilo colorado

    y un pañuelo azul todo encarnado,

    vestida, en fin, así esta buena gente,

    vivieron después pacíficamente,

    pues como hay ahora tanta guerra,

    no vivieran estos con paz en la tierra.

     

    Mas ¡ay Dios mío! exclama aquí un poeta,

    el mundo va ya dando su voltereta.

    ¡Oh mundo infeliz y desdichado,

    que el viento te tiene ya tragado!

    ¿Pero qué aire es éste que te hace voltear?

    Ved al mismo poeta gritar:

    “Mundus aliquandum est manducationem

    acarreavit sibi suam perditionem”

    Sí, amados oyentes, este aire a la sazón

    en muchas cabezas tiene su región,

    pero son inútiles sus pensamientos,

    porque se van gobernados por los vientos.

     

    Y si no, decidme: ¿Qué indica el mundo por sus procederes

    sino que los hombres se han vuelto mujeres?

    ¿Vemos a los señores de estas primaveras

    llevar aquellas casacas de amolar tijeras?

    ¿Vemos aquellos gorros blancos

    con aquellos sombreros como barcos?

    ¿Se estila, por ventura, hoy en día

    la polaina parda que antes se veía?

    sólo los viejos usan de estos vestuarios,

    y son tenidos por estrafalarios,;

    mas éstos, éstos del siglo ilustrado,

    sólo en componerse ponen su cuidado;

    los más se visten de militares luego,

    aunque se hiele la región del fuego.

     

    Pónense unas chupas, calzones y sombreros,

    y todos al presente parecen toreros,

    los zapatos enteros que antes se usaron,

    en medios al presente se quedaron.

    ¡Oh!, ¿Qué diremos de las devanaderas

    que algunos llevan en sus calaveras?

    Os diré que parecen ciudad arruinada

    pero me diréis que esto no es nada,

    pues digo sin delicadeza

    que llevan el infierno en su cabeza.

     

    Allá los piojos tienen su aposento,

    entre los polvos, sebo y el ungüento.

    ¿Y qué me diréis de éstos, amados oyentes?

    ¿Cómo no se caen vuestros dientes?

    ¿Cómo no se hielan vuestros intestinos?

    No seáis vosotros de estos modistas,

    más vale que seáis pantomimistas,

    la cual, por ser parte de mi asunto,

    diré en breve en el segundo punto.

     

    SEGUNDO PUNTO

    No cabe en un hombre mayor desatino,

    que es hacerse aguado y no probar el vino

    porque es el agua, si yo no me engaño,

    la que causa en el hombre grande daño.

     

    Frialdades de estómago, indigestiones,

    toses, catarros, torozones,

    tisis, calenturas, tercianas,

    melancolías, costipados y desganas.

    A vista de esto ¿habrá entre mis oyentes

    quien se atreva a pasarla por los dientes?

    Dice pues Tarugo, en su arte de cocina

    que sólo se ha de beber por medicina,

    y entonces, dice, con moderación

    no sea que cause opilación.

     

    Ea pues, alegraos fieles, que el río viene turbio

    sin duda nos anuncia otro diluvio,

    pues tengo leído en el Doctor Longinos,

    que el segundo diluvio ha de ser de buenos vinos

    y haciendo relación de sus señales

    dice, se secarán los árboles frutales,

    las nubes lloverán abadejos,

    aceitunas, pimentones y conejos,

    almendras tostadas, quesos salados

    magras, chorizos y carneros asados.

     

    ¡Ay de vosotros, calvos, en aquel día,

    si no tapáis bien vuestra calvería!

    Pues si os pegan las aceitunas en el cogote,

    se volverán al cielo de rebote.

    Entonces a Mahoma le dolerán la muelas

    y romperá con ellas huesos de ciruelas,

    entonces, digo, cuando las nubes lluevan buenos vinos,

    cuando los arroyos crucen los caminos,

    cuando las fuentes manen mistelas,

    y el Ebro se convierta en vino de Tudela.

     

    Entonces sí que los cirujanos

    dejarán de matar a los cristianos.

    Los boticarios venderían sus botes,

    y pondrán sobre sus ojos dos pegotes,

    al ver que ninguno acude a su oficina

    a buscar para sus males medicina.

    Porque esto, a la verdad, sería una locura,

    viendo que el vino quita toda calentura.

    Omnis calentura curat a vino.

    Son los efectos del vino tan probados,

    que si muchos lo supieran, no fueran aguados,

    pues a más de curar las lombrices,

    tiene otros efectos más felices,

    quita la reuma y perlesía

    y es un gran remedio contra la melancolía.

     

    Pero estos efectos no causa todo vino,

    y así, pensar en ello sería un desatino,

    porque hay vino de si tan pernicioso,

    que aún el olor ofende y es dañoso,

    de éste bebió Arrio el malvado

    cuando en las secretas le hallaron reventado.

    ¡Ójala, decía el hereje Calvino,

    las mujeres que lo gustan bebieran de este vino

    para que viendo éstas reventadas,

    quedaran las demás escarmentadas.

     

    Más no hablo y de este mi sermón,

    hablo, sí, de aquel que echado en el velón

    alumbra al dios Baco al mediodía

    y por esto alumbrado venía.

    Hablo de aquél que en las tabernas

    suele hacer a muchos ligeros de piernas,

    hablo de aquel que en los bodegones

    sufre también sus persecuciones.

    Etiam in taberna invenitur persecutio!

    Pues mujeres sin juicio y sin cabeza,

    ¿por qué quitáis al vino su naturaleza?

    ¿No sabéis que os dice Galeno

    que el vino aguado es el peor veneno?

    ¿Sois vosotras aguadas por ventura?

    y si no, ¿quién os ha enseñado a hacer esta mixtura?

    ¿No os acordáis de aquellos años

    en que andaban muy afligidos los aguados?

     

    Mas los parientes y amigos del dios Baco

    reventarán por la tripa y el sobaco

    pues uno escribió desde Tudela

    que el agua de aquel vino se había vuelto mistela.

    Otro escribió desde Benavente

    que han llovido barriles de aguardiente.

    Pero ¿adónde voy, amados fieles?

    Desde aquí veo abundancia de moscateles,

    y en una palabra, por no causar cansancio,

    el mar se convierte en vino rancio.

    Pero ¡ay señores! me diréis que el pescado

    es en este mundo gran bocado

    y si nos faltan los ríos y el mar,

    ya los pescadores no podrán pescar.

     

    Pero perded cuidado, fieles míos,

    que nunca faltarán pesadores en los ríos,

    porque si antes pescabais truchas y barbitos

    ahora pescaréis moscas y mosquitos.

    Si antes el mar criaba buenas sardinas

    ahora criará buenas pantomimas,

    mas ya deseosos de ver el diluvio os contemplo

    os voy a concluir con un ejemplo.

     

    Sucedió que dos ciegos en Añastro

    cazaban golondrinas con el rastro,

    paraban sus barrillas con primor

    y faltándoles la liga a lo mejor

    determinaron pasar a Trujillo

    a comprar una cazuela de mostillo.

     

    Volvíanse ya después de haberlo comprado,

    vieron a un calvo dormir en un prado,

    comenzaron a darle gritería

    viendo que el calvo nada oía

    metió el ciego la mano en el bolsillo

    y sacando la cazuela de mostillo

    huyó la mano con tal presteza

    que se la plantó por gorro en la cabeza

    y retirando la cabeza a un lado

    quedose el pobre calvo bien untado.

     

    Acuden al punto las abejas

    a darle música en la orejas,

    las moscas, avispas y moscardones

    por la calva se pasean a millones.

    El cénife, el tábano, el mosquitillo,

    todos acuden al olor del mostillo.

    Despierta el pobre con mil sofocaciones

    y empieza con la calva a pescozones.

    Echa a correr por los zarzales

    y van tras él los animales.

     

    Halla allí una mujer compadecida

    y le encajó una caldera de agua hervida,

    con esto el mosquitillo fue limpiado,

    pero quedó el pobre calvo bien escaldado.

    ¡Oh agua, que de todos modos dañas!

    ¿Habéis oído por ventura cosas más extrañas?

    Ea, amados fieles, seguid mis documentos

    y dejad el agua para los jumentos.

    No os hará daño ninguna merienda

    si bebierais vino bueno de Cosuenda.

     

    Conservaréis la dentadura blanca

    si bebierais vino rancio de Villafranca

    no os dolerá diente ni muela

    si bebierais vino rancio de Tudela

    pero si éste lo bebiereis aguado

    tendréis el estómago avinagrado.

    Y tu, ¡oh botella de bota!

    no admitas en tu seno

    sino vino que sea puro y bueno

    que a nosotros de corazón nos pena

    que siempre que te vemos no estés llena

    y te prometemos, como buenos hermanos,

    no dejarte nunca de las manos

    y te buscaremos, aunque sea a ciegas,

    por eternidad de eternidades en las bodegas.

     

    RESPONSO

     

    El rico y el pobre son dos personas.

    El militar lucha por los dos.

    El contribuyente por los tres.

    El trabajador produce por los cuatro.

    El vago come por los cinco.

    El estraperlista explota a los seis.

    El abogado defiende a los siete.

    El defensor absuelve a los ocho.

    El farmacéutico envenena a los nueve.

    El médico mata a los diez.

    El sepulturero entierra a los once

    Y el seguro de enfermedad se lleva el dinero de los doce.

    .

    .

     

  • Canción pastoril

    CANCIÓN PASTORIL

    Viva el humor y la juerga

    la unión y la sociedad

    de unos buenos compañeros

    la mañana de San Juan.

     

    Para trazar cuatro versos

    tiendo mi numen al viento

    y sobre el papel mi pluma

    y mi corto entendimiento.

     

    Por mostrar la buena unión

    que cinco amigos tuvimos

    en el vallejo de Amaya

    el día que nos referimos.

     

    Hacía ya cierto tiempo

    que teníamos pensado

    juntarnos en el vallejo

    el día ya señalado.

     

    Ya resplandece la aurora

    y el sol extiende sus rayos

    ya se aproxima la hora

    de soltar nuestros ganados.

     

    Cada quien por su colada

    marcha airoso y decidido

    dirigiendo su ganado

    al valle ya referido.

     

    Ya dimos somo al vallejo

    y al punto hemos divisado

    a Secundino y Evencio

    en el cotorro colorado.

     

    Se reanima la alegría

    de aquel valle solitario

    al tañer de los cencerros

    que llevan nuestros ganados.

     

    Las diez y media serían

    cuando ya juntos estamos

    nos dimos los buenos días

    y de salud nos hablamos.

     

    Los cinco con alegría

    en buena armonía estamos

    Secundino, Ricardito,

    Evencio, Antonio y Fernando.

     

    A las doce menos cuarto

    fuimos al arreadero

    arreamos el ganado

    y empezamos el jaleo.

     

    Ya Secundino a Fernando

    de dice de esta manera

    venga esa bota de vino

    y empecemos la juerga.

     

    Fernando queda dudando

    y hace un gesto negativo

    y termina por decirle

    que no la había traído.

     

    Al oír estas palabras

    le dice así Secundino

    que me acompañéis o no

    yo tengo de beber vino.

     

    Estando en esta refriega

    llegamos a divisar

    al pastorcillo de Puentes

    que nos viene a acompañar.

     

    Ya arreados los ganados

    cuando al punto divisamos

    el rebaño de corderos

    del hermano de Fernando.

     

    Comenzamos por llamarle

    pero inútil nos ha sido

    por más que le voceamos

    él no nos ha respondido.

     

    Ya prestos a sentarnos

    cuando el amigo Fernando

    se dispone a caminar

    para comer con su hermano.

     

    Cuando el de Puentes llegó

    la juerga quedó tramada

    porque nos trajo de vino

    la  bota y una garrafa.

     

    Los otros cinco quedamos

    para con buena armonía

    los cinco juntos pasar

    el resto del mediodía.

     

    Juntamos en buena unión

    la comida que llevamos

    y todos juntos comimos

    como un buenos hermanos.

     

    Así seguimos la juerga

    de vez en cuanto gritamos

    ¡amigos, viva la unión,

    venga la bota y bebamos!

     

    Terminamos de comer

    nos pusimos a ordeñar

    y de postre nos sirvió

    pues no teníamos más.

     

    Ya a las tres próximamente

    termina la diversión

    marchándonos a cumplir

    cada quien su obligación.

     

    Con un apretón de manos

    nos dimos la despedida

    unos vamos valle abajo

    y otros marchan valle arriba.

     

    De esta manera, señores,

    a la juerga dimos fin

    los de Amaya y el de Puentes

    y los de Villamartín.

     

    Y yo, como aficionado,

    aunque poeta no soy,

    he tenido el sumo gusto

    de sacar esta canción.

     

    Y por si ignoran quién soy

    y mi nombre no lo saben

    soy pastorcillo de Amaya

    llamado Antonio González.

     

    LAS MODAS

    (música de la “Chaparrita”)

     

    Mocito si buscas novia

    no la busques de la moda

    que suelen resultar mal

    que la hermosura que hoy tienen

    de solteras la sostienen

    pero llega a fracasar.

    Autor:  Antonio González (pastor en Amaya)

     

     

     

     

  • Oh Virgen sin mancha

    OH, VIRGEN SIN MANCHA

    (Música de la canción a la Virgen de Lourdes: Del cielo ha bajado la Madre de Dios)

    Oh Virgen sin mancha

    prodigio de amor

    tu santa medalla

    roba el corazón. Ave

     

    Queremos que Humada

    hija de la fe

    ame esta medalla

    y su amor te de. Ave

     

    Con gran entusiasmo

    vamos a cantar

    de la Milagrosa

    la historia sin par. Ave

     

    A una santa hermana

    de la caridad

    quiso aparecerse

    llena de bondad. Ave

     

    El ángel la lleva

    cerca del altar

    y allí va la Virgen

    que la quiere hablar. Ave

     

    Hija mía, dice,

    el mundo está mal

    dolores y llantos

    le van a anegar. Ave

     

    Pero yo he querido

    del cielo traer

    un escudo fuerte

    y con el vencer. Ave

     

    Remedio seguro

    para todo mal

    será mi medalla

    en el mundo actual. Ave

     

    A cuantos la llevan

    con fe y devoción

    yo misma prometo

    ser su salvación. Ave

     

    Lleva en el anverso

    divina oración

    que anuncia el misterio

    de mi concepción. Ave

     

    Forman el reverso

    símbolos que son

    la cruz y la M

    con su corazón. Ave.

     

    Simpática y bella

    medalla sin par

    como tú no hay otra

    en la cristiandad. Ave

     

    Los enfermos curas

    la peste se va

    los incendios cesan

    los mares se dan. Ave

     

    La vida del alma

    a muertos tu da

    pecados y males

    contigo no están. Ave

     

    Por eso los pueblos

    se van de Ti en pos

    buscándote ansiosos

    como a don de Dios. Ave

     

    Henchidos de gozo

    claman a una voz

    es la Milagrosa

    la madre mejor. Ave

     

    Tan divino nombre

    el pueblo te dio

    es que tus milagros

    son la voz de Dios. Ave

     

    Medalla bendita

    medalla de honor

    protege mi vida

    se mi salvación. Ave

     

    Autor: Ubaldo Susilla

  • Beso de España al Papa

    BESO DE ESPAÑA AL PAPA

    Soy España, Padre Santo

    soy la España secular,

    que vengo para besar

    tus sandalias y tu manto.

    Quisiera que en tu quebranto

    fuera mi beso el mejor:

    quisiera hacerme una flor

    y en ella prender mi vida

    y dejarla suspendida

    en tu anillo de Pastor.

    Soy España, la leona,

    que tiene por lecho el mar

    la que antaño hizo rodar

    al sol mismo en su corona.

    Soy la cristiana amazona

    que sólo ante Dios se humilla,

    soy, Padre Santo, Castilla,

    a quien derecha hizo Dios

    y que sólo ante Él y Vos

    sabe doblar la rodilla.

     

    Soy España, en mis arcones

    tengo cetro y mantos de oro

    y tengo corcel sonoro

    y un carro de cien leones.

    Soy la flor de las naciones

    pero vengo de aldeana,

    vengo a besar tu peana,

    pero me parece a mí

    que beso mejor así

    y que soy más soberana.

     

    Soy España, y es mi beso

    llama de mi corazón

    y arma de mi blasón

    y aroma de mi cantueso.

    Padre Santo, el él va impreso

    lo mejor que tengo en mi

    y con él besándote a Ti

    mis cielos encantadores

    y mis ríos y mis flores

    y mi sol que es un rubí.

     

    Soy España, aquí conmigo

    te besan mis catedrales

    y mis tumbas y rosales

    y mis nieves y mis trigos.

    Te besa mi buen mendigo

    que es un rey por los senderos

    y te besan caballeros

    de espuelas, corcel y espada

    y niños cuya mirada

    da la luz a los luceros.

     

    Soy España; yo quisiera

    con este beso jurar

    que jamás me he de apartar,

    Señor Mío de tu vera.

    Quiero hacer de tu bandera

    mi pendón y escapulario

    quiero ser su relicario

    quiero clavarla en el sol

    y al morir un español

    ponérsela como sudario.

     

    Soy España, mis soldados

    se vuelto a poner en pie

    y la antorcha de la fe

    quieren dar a cien naciones.

    En mis ínclitos blasones

    cinco flechas alzan vuelo

    y las cinco en raudo anhelo

    como pájaros de luz

    van a clavarse en la cruz

    de oro y sangre, sobre el cielo.

     

    Soy España hasta la muerte

    seré esclava del Papado,

    mejor seré, seré su soldado

    y mi ilusión defenderte.

    Si quiebra mi lanza fuerte

    abriré mis sepulturas

    y con huesos y armaduras

    de mis santos y guerreros

    te alzaré hasta los luceros

    las murallas más seguras.

     

    Soy España, Padre Santo,

    soy un águila de Dios

    y voy de lo eterno en pos

    y el combatir es mi encanto.

    Soy fuerte, mas si el quebranto

    me llegara a fatigar

    hacia Roma he de volar

    y me haré huracán sonoro

    rezando en mi lengua de oro

    de San Pedro en el altar.

     

    Soy España, soy la loca

    de la fe y la esperanza

    la que amanezco con la lanza

    y anochezco con la toca.

    Tengo apariencia de roca

    para la entraña de miel.

    Soy España, soy la fiel

    defensora del papado

    y en un beso apasionado

    hoy juro vivir para él.

     

     

     

     

    J.H.S.

     

    1.- Siempre fiel

    soy cristiano y español

    lo digo a la luz del sol

    lucharé por mi patria y por mi fe

    y aunque el mundo se oponga

    con fiero furor reinará sin fin

    en nuestras almas el Señor.

     

    2.- Tuya soy y jamás lo olvidaré

    en la brecha moriré

    por España y por Dios

    a vencer o morir

    y mi vida y mi amor

    a Jesús quiero dar

    que en mi pecho

    tiene un trono y un altar.

     

    3.- Con la cruz nuestra España

    ser grande logró

    con sus glorias cristianas

    que al mundo asombró

    por más que las turbas

    alzando las manos

    al justo reclame,

    alerta cristianos

    nosotros formamos

    el pueblo leal.

     

    4.- Siempre fiel, lo juramos

    hasta vencer o morir por Él

    hasta morir por Él

    por España y por Dios.

     

     

     

     

     

  • Bienvenida a nuestro párroco

    BIENVENIDA A NUESTRO PÁRROCO D. LORENZO

    1.- Bienvenido sea párroco

    a este humilde lugar

    os suplicamos la venia

    para empezar a cantar.

     

    2.- Nuestro buen ayuntamiento

    con el juez y el alguacil,

    pobres, ricos y con título

    os salen a recibir.

     

    3.- La Junta Administrativa

    la enhorabuena le da

    en representación del pueblo

    en misión de autoridad.

     

    4.- Dígnese entrar en el arco

    que le han hecho las doncellas

    se tendrán por muy honradas

    y el vecindario con ellas.

     

    5.- Respetuosas saludamos

    a este párroco celoso

    para bien bien de nuestras almas ese será su propósito.

     

    6.- También los niños y niñas

    con su inocencia y candor

    como todos los de Humada

    os saludan con amor.

     

    7.- El párroco D. Lorenzo

    que viva por mucho tiempo

    Dios le de salud y gracia

    para hacernos cual debemos.

     

    8.- Los pajarillos del cielo

    nos alegran con sus cantos

    alabando a nuestro párroco

    al visitar nuestros altos.

     

    9.- En la torre las campanas

    vontean con grande afan

    porque está entrando en Humada

    el padre espiritual.

     

    10.- Ser dóciles prometemos

    a su palabra y consejo

    sus misas escucharemos

    sus mandatos y preceptos.

     

    11.- Viva la España católica

    y viva su religión,

    que reine en nuestros  hogares

    que reine en nuestra Nación

     

    12.- Viva este pueblo querido

    que hoy rebosa de alegría

    por oír a nuestro párroco

    en tan señalado día.

     

    13.- Caminito de la iglesia

    llegaréis hasta el altar

    para elevar nuestras almas

    y enfervorizarlas más.

     

    14.- Gracias le damos a Dios

    y a la Virgen Soberana

    porque viene sacerdote

    a la parroquia de Humada.

     

    15.- Ya llegamos a la Iglesia

    la santa casa de Dios

    a ofrecerle humildemente

    un acto de contrición.

     

    16.- Y que su divina gracia

    nos inflame el corazón

    en el cusro de esta vida

    hasta la última mansión.

     

    17.- Dios quiera que algún día

    en el cielo, cara a Dios

    cantemos sus alabanzas

    con grande satisfacción

     

    18.- Al finado D. Inociencio

    recordamos con dolor

    que cuarenta y siete años

    esta iglesia regentó.

     

    19.- Y que Dios le tenga en la gloria

    en premio de su virtud

    y el sacrificio que puso

    por nuestra espiritual salud.

     

    20.- Damos fin a nuestro canto

    elevando nuestra voz

    suplicando al Altísimo

    para todos el perdón.

     

    21.- Consecuencia de esta gracia

    podamos ir a gozar

    con los santos de la Gloria

    por toda la eternidad.

     

    Ubaldo Susilla

    Humada, 12 – III –  1950