Julio Pérez Cuesta, periodista, ha sido Redactor Jefe de “El consultor de los Ayuntamientos”, escribió en la década de los cincuenta del siglo pasado el libro “Parece Cuento”, donde, según su propia opinión, recoge “sencillas y amenas costumbres castellanas narradas en novela rosa”.
Para explicar la desaparición del lugar de S. Quirce ha ideado un argumento novelesco dotado de gran realismo.
Escribe el propio autor en el prólogo de su obra “Parece Cuento”: “Para explicar de algún modo la desaparición de S. Quirce, sobre cuyo solar pisé muchas veces cuando joven, concebí la idea de escribir un cuentecillo de color de rosa; pero luego, contra mi voluntad, empujado por los propios personajes que yo creé, el trabajo resultó largo para cuento …
El benévolo lector es posible que crea adivinar historia donde sólo haya fantasía, y al revés …”
Madrid, 15 de marzo de 1.955
Portada del libro “Parece Cuento”
-PARTIDO DE VILLADIEGO
Julio Pérez Cuesta hace un recorrido por los pueblos del partido judicial de Villadiego en forma de versos escritos en el año 1.953.
Prosa que cae en verso
DINTEL
Como no vais a escuchar
a un poeta sino a un lego
nada tiene que extrañar
que no queráis esperar
y toméis “las de Villadiego”
PRIMERA PARTE
En el pórtico de Villadiego
Las montañas y los ríos
los bosques y las mesetas
inspiran a los poetas
en su artístico albedrío.
Las cañadas y llanuras
los picachos y praderas
los valles y las alturas
los sotos y las riberas.
Los caminos y senderos
los chopos y robledales
las vegas y los trigales
de las musas son veneros.
Las yuntas y las carretas,
al tiempo que viene el día
elevan a los poetas
en alas de fantasía.
Las aldeas y las villas
con sus calles y plazuelas
los mozos y las mozuelas
los chiquillos y las chiquillas.
Los rebaños que regresan
meneando las esquilas
son bellezas que embelesan
y entran por las pupilas.
El tañido de los cuernos,
la cellisca en las ventanas
que azota por las mañanas
el cierzo de los inviernos.
Las flores de primavera
en las lindes y en los prados
que alfombran de mil maneras
los caminos y sembrados.
Y las rosas entreabiertas
y las hojas que se forman
y las aves que retoman
tan bulliciosas e inquietas.
Convidan a la alegría
y ofrecen horas de calma
y por la bella policromía
deja extasiada el alma.
Aprieta el sol de Castilla
¡Cuál prometen los frutales!
Ya sazonan los trigales
y se prepara la trilla.
Los zagales canturrean
para espantar la galbana
y a las yuntas vapulean
bajo el sol que las aplana.
Contempla el agricultor
el colmo de sus graneros
cual fruto de sus desvelos
y premio de su sudor.
Un claroscuro no está lejano
y como la noche sucede al día
viene el otoño tras el verano
con su perpetua melancolía.
Y así soñando, soñando llego
aqueste pórtico que yo quería
y así penetro en la geografía
de mi partido de Villadiego.
SEGUNDA PARTE
En el partido de Villadiego
Pequeño río llamado Lucio
no da corriente mas no te asombre
porque se gasta para dar su nombre
al ancho valle de Valdelucio.
Con escaseces el Lucio riega
y se entretiene en alguna presa
va murmurando y al cabo llega
a darse un beso con el Camesa.
Vegas y prados el valle tiene
con que mantiene ricos ganados
mas otro impulso por arbolado
a buen seguro que le conviene.
Las buenas gentes no se percatan
del beneficio de la arboleda
y con el trigo y muchas patatas
esos labriegos conformes quedan.
No hay monumentos extraordinarios
ni en arte existe ningún detalle
si bien se cuentan en todo el valle
no menos de trece campanarios.
Hay una ermita de cierta fama
allá en Pedrosa junto a Arcellares
que el vecindario devoto aclama
y a la que eleva sus pesares.
Muchos exvotos no poco oscuros
son testimonio de los fervores
que la santina trocó en favores
y hogaño adornan aquellos muros.
Es de la Vega la romería
de aquellos valles la más hermosa
muchos romeros, mucha alegría
la fiesta han hecho la más hermosa.
Deportes viejos que no se estilan
pasar los bolos y echar la barra
se impone el baile y también la jama
que aquellos mozos hogaño empinan.
También al norte se encuentra el Tozo
con Basconcillos por cabecera
con poca cosa para un esbozo
todo lo bello que yo quisiera.
En el Tozo se cuentan ocho lugares
Hoyos y el centro, que es Basconcillos,
San Mamés y Prándanos con Talamillo,
Trashaedo y Barrio con Arcellares.
Es Basconcillos pequeña aldea
con una iglesia y con una hermita
con gente alegre que no escasea
y más tabernas que necesita.
Tiene dos ferias, si no me engaño,
por ser el centro de la comarca
y a cierto radio su nombre abarca
el par de fiestas durante el año.
Ciertas razones muy singulares
nostalgia ponen en estas notas
y me recuerdan estos lugares
cosas con vida siendo remotas.
Peatón que cruzas por la Lorilla
que es una lora de poca monta
vete con calma, la vista pronta
contempla absorto la maravilla.
De un nuevo valle que se aparece
si el cielo aquel nada lo empaña
verás lo bello que se te ofrece
la agreste mole de Peña Ulaña.
Que allí se empina como un vigía
de las entradas y las salidas
en ese valle de Valdehumadas
que yo presiento en la lejanía.
Siete lugares tiene el concejo
gente labriega, los vecindarios,
y este detalle que nunca dejo
ya que me encantan los campanarios.
Fuenteodra tiene grandes campanas
muy armoniosas y sonoras
cuyos ecos transmiten a varias horas
desde el Angelus por las mañanas.
Allí nace el Odra, por “Cantalgallo”
y apenas adquiere seria corriente
cuando se torna pobre vasallo
del río Pisuerga por San Llorente.
Éntrase el Odra, por cauce angosto,
donde se estudia, si viene a mano,
si el cauce es apto para un pantano,
llevando el cauce hasta Congosto.
Adiós Humada y los Ordejones
Fuencalenteja con San Martín
pues que me apuran graves razones
para encontrarme con Villamartín.
Allí, en presencia de sus casucas
y masa arbórea que le circunda,
algo medito con emoción profunda
desdeñando cosas en realidad caducas.
Iglesia linda que al mirar me abismo
como que guarda lo que yo más quiero
lo que estimo tesoro de mi bautismo
y la fe de la infancia que yo venero.
Pórtico bello de las tres arcadas
yo te quisiera como fuiste antaño
por ti protesto del reciente daño
¡malhayan sean las feísimas fachadas!
Que matan la luz y hieren la armonía
de un pórtico bello casi sin igual
que imita en conjunto la simetría
del pórtico hermoso de Sandoval.
Campanas de bajo, atiplados esquilones
arco de estilo de torre castellana
dan a los ecos de la grande campana
notas de cielo y unción de oraciones.
Toca la campana cuando raya el día
sus ecos sonoros son la voz de Dios
y siempre que toca se oye el fervor
con que todos rezan el Ave María.
Altura rocosa, señora que imperas,
pétrea montaña, gigante atalaya,
yo te recuerdo de mil maneras
cumbre imponente de Peña Amaya.
Se ve el Pisuerga, que parece un mar
muchas montañas, muchos poblados,
terrenos yermos, páramos pelados,
esbeltas torres y la paramera de Melgar.
Patrono del pueblo es San Martín
pero es el Corpus la fiesta mayor
turnando las fiestas con Villamartín
Rebolledo y Fuenteodra, según tradición.
Se ven devotas y alegres caras
despliegan al aire morados pendones
encabezando airosos las procesiones
que presiden justicias con sendas varas.
Cohetes y bombas los aires atruenan
volteo de campanas que giran veloces
tambores y gaitas acordes resuenan
y el clero entona litúrgicas voces.
Cada año celebran con pueblos lindantes
en lo “comunero” fiestas pastoriles
allá en la pradera y pagos cerriles
donde los pastores retozan campantes.
Allí es el bullir y el alegre yantar
no siendo rara la cómica nota
tocando la gaita que hacen hablar
tirando de firme del porrón y la bota.
Abundan los piropos y chicoleos
hacen las zagalas como que enrojecen
los rabadanes como que enloquecen
así en toda la siesta siguen los jaleos.
Sestean en San Quirce y sus confines
y hacen cambalaches con los cencerros
incitan las peleas con los mastines
y luchan jabatos, novilos y becerros.
Vamos a Amaya, pequeña villa
con mucha leyenda y brillante historia
que nos dejaron una auténtica memoria
de algún pasado de maravilla.
No existen blasones ni pergaminos
en los archivos de su concejo
que guiarnos puedan en los caminos
para hallar lo noble entre lo viejo.
Del famoso castillo ni piedras quedan
no corren historias ni tradiciones
tampoco hay leyendas ni cronicones
que con sus apuntes alumbrarnos puedan.
Tiene el castillo un romance viejo
del que se ignora su melodía
en su leyenda se observa un dejo
rancio y orlado de fantasía.
Dime castillo, castillo de Sasamón
¿Quién tus almenas y tus torres abatió?
El castillo de Amaya no pudo más que yo
pues sólo los siglos abatieron el peñón-
Antigua ciudad, hogaño pequeña villa,
iglesia bella que airosa remata
con otras muchas, en esta Castilla
que honores merecen de colegiata.
Adiós, mi pensamiento veloz recorre
otro concejo de seis lugares
con casas y cosas todas vulgares
nombrado hemos Rebolledo de la Torre.
Necesito aclarar este pensamiento
antes que la idea de mi mente se borre,
un pórtico tiene, que es un monumento,
la magnífica iglesia de Rebolledo de la Torre.
Montes pelados, gargantas y castros
que desde el Collado llegan a Villela,
tocan Castrecías y la Rebolleda
y pasan de Valtierra por el Albacastro.
Hemos de abreviar el itinerario
no haciendo otra cosa para terminar
este raro croquis un tanto arbitrario
que nombrar los pueblos todos al pasar.
Partamos de San Quirce a Sotovellanos
guiando los pasos por la carretera
que es por su importancia casi de primera
a Cuevas tendremos como de la mano.
Sigue la ruta, viajero que no desmaya,
toparás con Salazar antes que Sotresgudo
y dejarás a Puentes de Amaya
cual metido en un embudo.
Ya pasamos por Sotresgudo y estamos en Sandoval
¿por qué “de la Reina” es esta villa?
Porque en la historia “buen vasallo es Castilla”
por eso de Sandoval quiso ser a la reina leal.
Allende el Pisuerga hay Castrillo
con su Hinojal de agregado
castro no tiene ni se conoce castillo
ni tampoco Zarzosa que campa a su lado.
Llanura que a tierra de Campos raya
abajo de Sotresgudo, Barrio de San Felices,
con su anejo, Cañizar de Amaya
si no incurriere en geográficos deslices.
A poco que sigamos toparemos con Guadilla
extraña toponimia que dicen de “Villamar”
Guadilla no tiene río y está lejos del mar
vaya un “Villamar” que no tiene mar y es villa.
En pasando Guadilla y su terreno más hondo
Santa María tendremos con su anejo Tagarrosa
sin que olvidemos el lugar de Rezmondo
en esta planicie con sus trigales hermosa.
Y narrando de prisa con escaso aliño
encontramos Villaizán y también Villamayor
sin que sepamos de fijo y la razón
es este sobrenombre que dicen Treviño.
Otra vez el Odra aparece y Villanueva
Sordillos se menciona y Tapia se divisa
se Villamorón y también Villegas
y por aquí Villadiego casi se pisa.
Un pequeño pueblo de imaginación
y con claridad los pueblos diviso
de los Palazuelos y Rioparaíso
que son del concejo de Villavedón.
El Rioparaíso algo gracia tiene
porque ni es paraíso ni le baña el río
si ese nombre le conviene
vaya toponimia que parece un lío.
Barrios y Villusto y otro Villalvilla
y otro lugarejo que dicen Tablada
y otro Villanueva que abarca Bohada
con más Fuencivil y su Quintanilla.
Yendo por el páramo estará Acedillo
con sus anejos Bustillo y Hormazuela
la Nuez de Arriba y Úrbel de Castillo
y Quintana del Pino que es una aldehuela.
Viene Coculina con sus dos anejos
si mal no recuerdo Brullés y Melgosa
en el río Brullés, que es la única cosa
que citarse puede de estos lugarejos.
Olmos tiene un castillo de sillería
en sus troneras ya no hay cañones
sino el arrullo y la algarabía
de las palomas y sus pichones.
Al mencionar a Tobar el páramo es notorio
pueblos antaño de la husada y la mazorca
ya en Villanoño ya en Castromorca
y en otros lugares hasta Montorio.
Villadiego a tus puertas rendido llego
en cuanto por último, mencione Arenillas,
se acabaron, por fin, los pueblos y villas
de nuestro partido de Villadiego.
Oyentes que en Villadiego estamos
porque me place, las últimas pinceladas
a la villa cabeza las dedicamos
con expresiones cordiales y emocionadas.
Tiene la villa recuerdos gratos
de sus festejos con alborozos
de cuando niños y cuando mozos
que allá pasamos alegres ratos.
Amplia y alegre su plaza mayor
embrujo tiene el soportal doblado
que sabe de tratos y sabe de amor
y en uno y en otro está patentado.
Garbosos paseos arriba y abajo
en aquellas plazas y aquellos portales
se ofrecen brazos y ajustan zagales
en la más curiosa bolsa de trabajo.
Del padre Flórez y a su mayor gloria
en la plaza mayor su estatua se alza
y así Villadiego su fama realza
y honra a su hijo que brilla en la historia
Hay en la villa dos templos bellos
San Lorenzo mártir y Santa María
de bella raza y antiguos ellos
siendo notoria su singular valía.
Hogaño se admiran algunas casonas
recuerdos de hidalgos y nobles varones
que lucen escudos y rancion blasones
como fueros Velasco, Porras y Varonas.
Fin de los versos escritos en prosa
indulgencia pido y aquí me quedo
si quise y no puedo dar otra cosa
perdón espero, amigos todos de Villadiego.
JULIO PÉREZ CUESTA
Madrid, 20 de noviembre de 1.953