Canción pastoril

CANCIÓN PASTORIL

Viva el humor y la juerga

la unión y la sociedad

de unos buenos compañeros

la mañana de San Juan.

 

Para trazar cuatro versos

tiendo mi numen al viento

y sobre el papel mi pluma

y mi corto entendimiento.

 

Por mostrar la buena unión

que cinco amigos tuvimos

en el vallejo de Amaya

el día que nos referimos.

 

Hacía ya cierto tiempo

que teníamos pensado

juntarnos en el vallejo

el día ya señalado.

 

Ya resplandece la aurora

y el sol extiende sus rayos

ya se aproxima la hora

de soltar nuestros ganados.

 

Cada quien por su colada

marcha airoso y decidido

dirigiendo su ganado

al valle ya referido.

 

Ya dimos somo al vallejo

y al punto hemos divisado

a Secundino y Evencio

en el cotorro colorado.

 

Se reanima la alegría

de aquel valle solitario

al tañer de los cencerros

que llevan nuestros ganados.

 

Las diez y media serían

cuando ya juntos estamos

nos dimos los buenos días

y de salud nos hablamos.

 

Los cinco con alegría

en buena armonía estamos

Secundino, Ricardito,

Evencio, Antonio y Fernando.

 

A las doce menos cuarto

fuimos al arreadero

arreamos el ganado

y empezamos el jaleo.

 

Ya Secundino a Fernando

de dice de esta manera

venga esa bota de vino

y empecemos la juerga.

 

Fernando queda dudando

y hace un gesto negativo

y termina por decirle

que no la había traído.

 

Al oír estas palabras

le dice así Secundino

que me acompañéis o no

yo tengo de beber vino.

 

Estando en esta refriega

llegamos a divisar

al pastorcillo de Puentes

que nos viene a acompañar.

 

Ya arreados los ganados

cuando al punto divisamos

el rebaño de corderos

del hermano de Fernando.

 

Comenzamos por llamarle

pero inútil nos ha sido

por más que le voceamos

él no nos ha respondido.

 

Ya prestos a sentarnos

cuando el amigo Fernando

se dispone a caminar

para comer con su hermano.

 

Cuando el de Puentes llegó

la juerga quedó tramada

porque nos trajo de vino

la  bota y una garrafa.

 

Los otros cinco quedamos

para con buena armonía

los cinco juntos pasar

el resto del mediodía.

 

Juntamos en buena unión

la comida que llevamos

y todos juntos comimos

como un buenos hermanos.

 

Así seguimos la juerga

de vez en cuanto gritamos

¡amigos, viva la unión,

venga la bota y bebamos!

 

Terminamos de comer

nos pusimos a ordeñar

y de postre nos sirvió

pues no teníamos más.

 

Ya a las tres próximamente

termina la diversión

marchándonos a cumplir

cada quien su obligación.

 

Con un apretón de manos

nos dimos la despedida

unos vamos valle abajo

y otros marchan valle arriba.

 

De esta manera, señores,

a la juerga dimos fin

los de Amaya y el de Puentes

y los de Villamartín.

 

Y yo, como aficionado,

aunque poeta no soy,

he tenido el sumo gusto

de sacar esta canción.

 

Y por si ignoran quién soy

y mi nombre no lo saben

soy pastorcillo de Amaya

llamado Antonio González.

 

LAS MODAS

(música de la “Chaparrita”)

 

Mocito si buscas novia

no la busques de la moda

que suelen resultar mal

que la hermosura que hoy tienen

de solteras la sostienen

pero llega a fracasar.

Autor:  Antonio González (pastor en Amaya)

 

 

 

 

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