Estos mandamientos recogidos de los escritos de D. Antonio González, pastor de Peones de Amaya.
Desconozco cuándo se cantaban y cuál era el motivo. ¿Quizá el último día de febrero con motivo de las marzas?
Voy a cantarte paloma,
si me prestas atención,
los diez mandamientos santos
compuestos para el amor.
En los cuales, prenda mía,
te daré una explicación
de todo cuanto por ti
hoy sufre mi corazón.
No quiero perder más tiempo
ni tampoco entretenerme
pero si quiero que escuches
los mandamientos siguientes:
I
En el primero que canto
sólo amor me pide Dios
siento tener que faltarle
por tenerlo puesto en vos.
Desde el día que te vi
te llevo en el pensamiento
y no te puedo olvidar
ni dormido ni despierto.
Por eso, blanca paloma,
si quieres que sirva a Dios
has de hacerme juramento
de amarnos siempre los dos.
II
El segundo no jurar
tan sólo he jurado un día
ante la imagen de Dios
que tú tienes que ser mía.
Aunque tenga que batirme
para conseguir llevarte
haré frente al mundo entero
y juro salir triunfante.
Pídeme lo que más quieras
con mucho gusto lo haré
pero tener que olvidarte
jamás lo conseguiré.
III
En el tercero las fiestas
santificaré gustoso
el día que tu me des
palabra de ser tu esposo.
Pues sin este juramento
es imposible que pueda
tener completa fe en Dios
ni en su Santa Madre Iglesia.
Voy a misa y al rosario
y no puedo estar atento
porque tu presencia me hace
faltar a este mandamiento.
IV
El cuarto honrar padre y madre
yo no sé por qué motivos
ahora no respeta a nadie
aunque me sea querido.
Desde el día que mi amor
en ti fijé de verdad
a nadie no siendo a ti
te juro que he de respetar.
Nada me importa perder
ante el mundo la humildad
si de casarme contigo
palabra de honor me das.
V
El quinto es no matar
yo criminal no sería
siempre que dentro de poco
consiguiese hacerte mía.
Sentiré de corazón
faltar a este mandamiento
pero antes de perderte
faltaré a todos el respeto.
Prefiero verme ante el mundo
amarrado con cadenas
antes que vivir sin ti
sufriendo terribles penas.
VI
En el sexto, prenda mía,
no que quisiera explicar
por los deseos que siento
deseos de fornicar.
Mas como tanto te quiero
no creo hacer gran pecado
aunque intente mancillarte
Dios ya sabe por qué lo hago.
Yo pretendo hacerte mía
y dudo poder lograrlo
por eso el ser mancillada
no podrás evitarlo.
VII
El séptimo es no hurtar
jamás nada yo robé
mas lo creo conveniente
y estoy seguro que lo haré.
Lo primero que yo robe
sin que me lo impida nadie
ha de ser la voluntad
que preciso de tus padres.
Y luego que la consiga
la tuya te pediré
si a dármela reniegas
también te la robaré.
VIII
En el octavo ni miento
ni alzo falso testimonio
siendo que nadie se oponga
contra nuestro matrimonio.
Tampoco quiero mentir
pues te juro la verdad
que con la ayuda de Dios
contigo me he de casar.
Aunque tus padres se nieguen
el día que tu me avises
creo en el nombre de Dios
llegarán a arrepentirse.
IX
Del noveno mandamiento
si tú para mi eres buena
te juro no desear
mujer del prójimo ajena.
Porque en ti espero y confío
que tendrás como mujer
lo que para el matrimonio
es necesario tener.
Y cuando a florecer llegue
el fruto de nuestro amor
¡qué felices viviremos
de nuestro hogar al calor!
X
El décimo mandamiento
nos pide no codiciar
yo tengo codicia y siento
no poderlo remediar.
Aunque no en bienes ajenos
te confieso en mi conciencia
siento codicia en que llegue
el día de ir a la iglesia.
Y allí los dos de rodillas
esperar aquel momento
en que el anillo y las arras
unan nuestro casamiento.
Si en estos diez mandamientos
que termino de cantar
alguna falta encontraras
me la puedes perdonar.
No te los canto por guasa
pues tu honestidad respeto
los canto para mostrarte
el amor que por ti siento.
Con estos cuatro renglones
que este verso te escribo
termino estos mandamientos
y quedo a tu amor rendido.