Ventanas notables de Burgos

 En el siguiente artículo reproducimos un artículo publicado por Elías Rubio Marcos sobre las ventanas con historia en la provincia de Burgos en el que hace alusión al escudo que enmarca la ventana de la casa de Ángel Corralejo, situada en la pared orientada hacia la carretera.

Elías Rubio, burgalés nacido en un pueblecito del Alfoz de Lara, se define “como muy abierto a las buenas personas y muy cerrado a las que sólo se escuchan a sí mismas, muy curioso por los temas arqueológicos, históricos y etnográficos, enamorado de su provincia y su cielo, de sus pueblos y de una manera de vivir que se fue, identificada con la tierra y el esfuerzo. Además de ciudadano del mundo, pese a que el mundo sea tan complicado”.

Su vasta producción literaria abarca temas tan variados como la espeleología, arqueología, etnografía, el folklore, las tradiciones,

Elías Rubio Marcos es un infatigable buscador, un inquieto investigador, un zahorí de hallazgos insólitos, un aventurero que se maravilla con los pequeños detalles y que ha sabido esculpir relatos apasionantes tras las historias de las gentes sencillas de los pueblos de la provincia y, además, ha tenido la generosidad de compartirlos. El afán por divulgar este acervo cultural le llevó a escribir el blog Memorias de Burgos, un cajón de sastre, según su propia denominación, en el que pieza a pieza va reconstruyendo la historia que queda al margen en manuales y enciclopedias.

Para mayor información sobre la producción literaria de este ilustre personaje podéis consultar el siguiente enlace:

http://www.arqytrad.blogspot.com.es

 

Centrándonos ya en el tema que nos ocupa transcribo literalmente el artículo que Elías ha publicado en su blog bajo el título “Ventanas con historia” en el que recoge la reseñada al principio existente en Humada.

Siguiendo la estela de las ventanas notables de Burgos, la que iniciamos aquí hace ya la friolera de seis años (20/6/2011), guardamos hoy, en el correspondiente compartimento de este Cajón de Sastre, dos nuevos ejemplares con mensajes inscritos. Una de ellas, la de Humada, del siglo XVI, es una maravilla artística, y por eso resulta extraño que no se encuentre en la fachada principal de la casa, bien orientada a la luz solar; en otoño e invierno, la joya vive en las sombras, y es una pena. Sin descartar del todo que fuera trasladad de otro lugar, parece lícito pensar que quien la mandó insertar en el actual muro, para mejor lucirla, debió tener muy en cuenta la calle mayor, en algún momento posible Camino Real y por ello lugar de tránsito de todo tipo de gentes. Haciéndolo así, todo el que pasaba junto a ella podía leer los mensajes o citas que se leen en sus piedras primorosamente labradas, tanto en el escudo sostenido por los dos heraldos de apariencia mitológica, mitad humanos mitad aves o sirenas (que las dos cosas parecen), como en la jamba de la izquierda, libre de interferencias.  En el primero se lee

 

IN / HOC / SIGNO / VINCES   con este signo (una cruz) vencerás

 

Y en la jamba

 

DISCE VIVERE, DISCE MORI  aprende a vivir, aprende a morir

 

 

Queda por saber lo que se oculta en la otra jamba, la tapada por un inoportuno contrafuerte, si es que algo se esconde detrás. Sea como fuere, lo visto nos sirve para pensar que la casa (como se ha sugerido, probablemente transformada) debió pertenecer a algún eclesiástico, o quizá a algún noble de convicciones cristianas (¿perteneciente a la Orden de Malta, quizá? La dos cruces de malta, una sobre cada jamba, serían una pista). De lo que no hay duda es de que estamos ante una de la ventanas más bellas registradas en Burgos hasta el momento.

 

 

Para ver el artículo en su versión original podéis hacer clic en el siguiente enlace

http://arqytrad.blogspot.com/2017/01/ventanas-con-mensaje-en-humada-y_96.html

 

 

 

Ermita del barrio (cementerio)

Este edificio, que en pueblo conocemos como la ermita del Barrio, se encuentra asentado sobre un pequeño cerro, aproximadamente a 500 m. al este del casco urbano y corresponde a las ruinas de un pequeño templo románico, acondicionadas como recinto del actual cementerio.

Como hemos visto en el artículo «Apuntes históricos» parece se que bajo el topónimo de Humada se agrupaban unos cuantos barrios conformando una entidad constituida por pequeños núcleos, cada uno con su parroquia, de las que conocemos los nombres de S. Andrés, S. Pedro, S. Quirce, S. Millán de Casasola, S. Martín y S. Miguel, de las cuales sólo las dos últimas han subsistido hasta nuestros días.

Su antigüedad indudablemente no coincide con una advocación tan moderna como es la Virgen del Rosario, cuya mayor expansión se produjo en el s. XVIII, por lo que cabe pensar que nos hallamos ante una de las parroquias medievales arriba citadas. Ninguna de las localizaciones que propone Gonzalo Martínez para las de San Quirce, San Pedro y San Andrés coincide con ésta, por lo que cabe pensar que fuera la de San Millán de Casasola, la única de la que se desconoce su ubicación concreta.

Hasta la década de los sesenta, del siglo pasado, existía una imagen románica conocida como Virgen del Barrio esta advocación viene a confirmar lo que acabamos de escribir.. Dicha imagen  desapareció “misteriosamente” o no tan misteriosamente el caso es que el pueblo no recibió ninguna explicación.

 

Aunque sin cubierta, se conservan completos los muros del edificio original, cuyas reducidas dimensiones denotan la menguada población a que debía servir. Consta de cabecera cuadrada y una nave, con portada al sur, careciendo de todo rastro de campanario. A esta estructura se le ha añadido modernamente, para su uso cementerial, un cuerpo adosado al sur de la  cabecera, que ha hecho desaparecer el muro de la epístola de la capilla mayor.

La cabecera está levantada en mampostería caliza, con utilización ocasional de alguna toba, como la pieza monolítica en que se ha hecho la pequeña saetera que preside el testero. Ha perdido todo el alero, al igual que la cubierta, que fue a dos aguas, seguramente sobre bóveda de cañón apuntado, de la que se llega a ver alguna pieza de la imposta lisa que servía de base.

También ha desaparecido el arco triunfal que daba paso a la nave, ligeramente más ancha que la cabecera pero apenas de 36 m2. Su construcción emplea los mismos materiales y despiece ya vistos, sin que se conserve tampoco el alero, aunque en este caso la cubierta debió ser de madera.

Entre su extrema sencillez destaca, casi como una mole, la portada, formada por un cuerpo avanzado sobre el muro, ahora en sillería arenisca, que también ha perdido todo rastro del tejaroz que debió poseer, aunque en el ángulo superior occidental de este cuerpo parece haberse reutilizado, en una reforma, un canecillo de chaflán.

El arco  consta de cinco arquivoltas de medio punto, la primera, cuarta y quinta de simples dovelas cuadrangulares, la segunda cortada a chaflán y decorada con celdillas y la tercera con bocel entre mediascañas.

Carece de chambrana y los apoyos son en tres de los arcos sobre pilastras y en los dos restantes –tercero y quinto- sobre columnillas acodilladas, de basas áticas sobre corto podio y capiteles vegetales de hojas planas y extremos vueltos, a veces con delgados y alargados frutos en los intersticios. Los cimacios e impostas son de listel y chaflán y cabe resaltar el empleo de caliza blanca en las cestas, una piedra que permite una talla más exquisita.

A veces se ha dicho que esta portada ha sido reutilizada, pero creemos que se halla en su ubicación original como denota la planta de la iglesia adjunta.

Su morfología, que recuerda en cierto modo a la de Albacastro, tanto en forma como en decoración, corresponde a modelos tardíos, fechables en los años en que s. XII tocaba a su fin.

En la iglesia parroquial de Humada, templo gótico de planta de cruz latina, nave única cubierta con dos tramos de bóvedas estrelladas y cabecera poligonal, dedicado a san Miguel, se conserva la pila bautismal de traza románica que bien pudiera haber sido trasladada desde la ermita del cementerio. Presenta copa semiesférica gallonada y con bocel en la embocadura, de 95 cm de diámetro x 58 de altura. Se alza sobre un tenante cilíndrico de 42 cm de altura, decorado con una gruesa serpiente a modo de bocel y cabecitas de orejas puntiagudas y bolas sobre el plinto.

Texto MDMP/JNG-Planos JGP-Fotos JMRM/JLAO 

Bibliografía

MARTÍNEZ DÍAZ, G., 1981, t. I, p. 395; MARTÍNEZ DÍEZ, G., 1987, pp. 363-366, PALOMERO ARAGÓN, F. e ILLARDIA GÁLLIGO, M. 1991-1992, t. II, pp. 53-54; VALDIVIELSO AUSÍN, B., 1999, p. 209

Texto e imágenes copiados de:

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